Inicio CON LA GENTE Violencia familiar la otra “Pandemia Social” en Colombia

Violencia familiar la otra “Pandemia Social” en Colombia

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Por Lola Portela

En lo que va corrido del 2023 se han presentado más de 45.000 casos de violencia intrafamiliar, según cifras de la Policía Nacional.

Esto significa que por lo menos 300 casos de violencia intrafamiliar se presentan cada día en Colombia, sin contar los hechos no denunciados.

Esta cifra de 45.000 casos de violencia intrafamiliar, que se han registrado hasta el mes de junio, registra también que Antioquia, Cundinamarca, Boyacá y Atlántico son los departamentos con más registros de esta problemática. Sin embargo, en varios departamentos del país no denuncian formalmente el caso, como en: Meta, Casanare, Amazonas, Nariño, Vichada, etc. Por lo que la cifra podría ser muy superior.

Según la Policía de Colombia, más de 35.000 de estos hechos ocurrieron sin el uso de armas, siendo Bogotá y Medellín, las ciudades donde más violencia intrafamiliar se ha presentado, en lo corrido del año.

La Institución también señaló que más de 8 mil casos de violencia intrafamiliar se presentaron con el uso de objetos contundentes y más de 400 hechos con el uso de armas blancas.

La violencia intrafamiliar, junto a las riñas y el excesivo consumo de alcohol, son causas  principales que lleva al aumento de los homicidios, que se presentan en el país, pues hasta la fecha se registran más de 5.200 hechos.

La violencia en el ámbito familiar no es un fenómeno reciente, pero a lo largo de la historia, la violencia dentro del seno familiar ha sido un aspecto tolerado e incluso aceptado, pese a que desde las alcaldías, gobernaciones, y a través de los medios, se hacen esfuerzos por explicar que la violencia familiar conlleva a graves efectos en quienes la padecen y/o presencian. Éste sigue siendo un fenómeno que acarrea dificultades en su identificación dado que, en ocasiones, los propios miembros de la familia rechazan expresar lo ocurrido por vergüenza o por miedo a las consecuencias y no denuncian.

Algunos expertos identifican la familia como el principal entorno donde se producen más actos violentos.

Causas más comunes de la violencia intrafamiliar

El estrés insostenible y para resolverlo se debe dialogar sobre la causa del estrés familiar, y en equipo con pareja, o con quienes se convive, se debe trabajar en eliminar aquello que lo origina.

Uno de los factores más comunes del estrés es la falta de recursos personales para afrontar ciertos problemas. Y la forma de aliviarlo es buscar apoyo económico, psicológico y social. Capacitarse, así sea en línea, proporcionar herramientas a la pareja, a los hijos, para encontrar soluciones.

La falta de comunicación genera estrés, por eso es importante aprender a escuchar a la pareja, para buscar unidas soluciones, más que culpables. Es prioritario lograr expresar lo que realmente se quiere y lo que a cada uno le interesa.

El cúmulo de situaciones no resueltas lleva a la falta de control de las emociones. Y para resolverlo es fundamental identificar, reconocer que el estrés ¡no ayuda!, por eso hay que pedir un momento de calma y aprender a formular las demandas, pero sin imponerlas.

Aceptar la desigualdad en la pareja genera violencia. Es importante reconocer que somos diferentes, pero tenemos derechos iguales. No podemos tolerar y aceptar la violencia. Se debe trabajar en aprender a convivir sin lastimar. Muchas veces, la pareja viene de un hogar donde se aceptaba el maltrato, y eso se lleva al nuevo hogar.

Además, cuando la pareja proviene de un hogar machista, se creer en la superioridad del hombre sobre la mujer. Y es fundamental saber que tanto en el hogar, como en la vida, los hombres y las mujeres tienen el mismo poder de decisión, y comparten los mismos derechos y responsabilidades.

Una de las causas más comunes es pensar que la violencia en las relaciones de pareja es algo normal, por eso es fundamental concientizarnos que cualquier tipo y nivel de violencia jamás es parte de la dinámica familiar, pues ésta puede afectar, de varias formas, a los miembros que la integran.

La violencia en la pareja; en el contexto familiar, no puede considerarse como un tema privado, por eso es importante fomentar el hecho de que la violencia involucra a todos en una familia y afecta a la sociedad.

Otra de las causas del incremento de la violencia intrafamiliar es que se tiene la idea de que sólo se da en ciertos estratos sociales o en ciertas condiciones personales. Por eso, es importante entender que la violencia puede aparecer en todo tipo de clase social, composición o nivel educativo.

Para el generador de violencia cualquier cosa puede ser motivo de disgusto, mucho más cuando no logra obtener lo que desea o está siendo infiel, pues acumula tensión y requiere descargar su incomodidad.

Siendo precisos enumeraremos lo que produce conflictos internos en algunas las personas y conlleva también a la violencia familiar. 

El dinero: el dar o no, el no alcanza y la exigencia de aportar más.

Los bienes: entre los dos construyen una casa y cuando quieren separarse, él o ella la saca

La infidelidad: cuando él o ella es infiel quiere libertad.

La ambivalencia: quiere librarse del compromiso, pero no quiere dejarla.

Las drogas o alcoholismo: la hipersensibilidad puede agravar los actos violentos.

Los celos infundados: esos que intencionalmente provocan algunas personas, para ver la reacción de su pareja.

Las relaciones sexuales: sí ella se niega y la obliga, y en ese mismo contexto: el control de métodos anticonceptivos, él o ella puede querer o no tener hijos.  Virilidad: que duden de su fuerza o masculinidad, problemas sexuales en uno de los dos y  hacer responsable al otro. Son temas para resolver como equipo, en pareja y con la ayuda profesional o médica necesaria. 

El empleo: ella quiere trabajar, él teme que se haga independiente.

La familia: uno de los dos no quiere que vean o estén muy cerca de su familia.

La influencia negativa de familiares o amigos: invitaciones a vicios, inmoralidad, alejamiento de la pareja por prácticas excesivas de deportes, planes chicas y chicos; sin su pareja.

Jamás olvidemos que un agresor(a) pide mucho, pero da poco y no hay forma de colmarlo. Mientras más se le da, más aumenta su odio y sadismo. Le teme al poder de su víctima y entra en crisis cuando percibe que esa fuerza interior, propia a ser no violento, es superior. Y es cuando ataca y puede hasta asesinar.

Nunca guarde silencio, ¡no aguate!, busque ayuda, pues cada ser humano merece ser respetado, valorado y feliz.