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“Paz Total, sin señales”

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Por: Lola Portela

En su última columna del 21 de abril 2023 José Félix Lafaurie Rivera uno de los negociadores de paz hace una radiografía del complejo panorama y pide  “señales de paz”.

Y que no solo José Félix Lafaurie cree que “la lógica del terror es la estrategia del ELN en las negociaciones”. Ese es el análisis también de expertos como Luis Alberto Villamarín Pulido, presidente de la FundELT, quien hizo un analítico estudio de la real situación en la que se encuentran los diálogos del gobierno de Petro y el ELN.

Y es que los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) no han avanzado como se esperaba. Por eso, no se puede descartar la posibilidad de que en un futuro muy cercano los diálogos lleguen a su fin. Y es que como dice el presidente ejecutivo de Fedegán, José Félix Lafaurie Rivera: “desde el ELN se ha insistido en torpedear los diálogos”.

¿La Paz Total es viable? Dar una respuesta es complejo, pues hace apenas unos días varios gobernadores del país manifestaron sus enormes preocupaciones por los actos delincuenciales en sus regiones.

En el Caquetá, en los municipios de San Cayetano y Puerto Rico fueron citados por las “Farc – EP Segunda Marquetalia”, cerca de cien ganaderos y fueron obligados a pagar vacuna a ese grupo narcoterrorista. De la misma manera, el gobernador del Meta hizo un llamado por la aparición de ‘Iván Mordisco’, y la ‘Nueva Marquetalia’ anunciando un nuevo frente. Y expresó: “El país no aguanta más. Paralelo al proceso de Paz, necesitamos un Plan de Defensa Nacional que opere o nos lleva el que sabemos”. Y advirtió sobre el riesgo para el departamento de Cundinamarca: “El corredor del Sumapaz que se une con el cañón de río Duda y conecta a Bogotá con el municipio de Uribe, en el Meta, fue un corredor estratégico de guerra. No lo podemos volver a perder”.

En el Cauca la situación también es muy compleja, porque se están matando entre ellos. Y en varias zonas del país los ganaderos ya han denunciado que les cobran 10.000 pesos por cabeza; 10.000 por hectárea; 50 mil pesos por kilo de queso y 20 mil por litro de leche, y eso multiplicado por dos o tres ya que les cobran al tiempo varios grupos ilegales. Ya no se sabe, pues el país está nuevamente frente a una lucha de poder territorial.

Y como hoy en día las redes lo muestran todo, recientemente vimos, en vivo y en directo, la forma miserable en que fue asesinado un agricultor del Tolima, por no pagar lo que le cobraban, quienes lo estaban extorsionando.

Los campos y las ciudades son objeto de extorsión, zozobra por la inseguridad que amenaza al país y deseo de poder de muchos. Y es a lo largo y ancho del país Por eso, el sueño de paz real de todos los colombianos se ve muy lejos de ser una realidad.

No son claros tampoco los intereses reales de Pablo Beltrán, jefe negociador del ELN; de Iván Mordisco, comandante del “Estado Mayor Central” de las FARC – EP, de Walter Mendoza, representante de las FARC – EP “Segunda Marquetalia”, quienes, aunque anuncian optimistas su ánimo de diálogo, para buscar de la paz, con las acciones, muestran otra intensión a Colombia y al mundo.

Colombia lleva muchas décadas de guerra interna. Por lo menos tres generaciones no hemos conocido la paz. Y, hay que decirlo, ahora el narcotráfico es el motivo principal.

Esos ideales románticos de las guerrillas ya no convencen a nadie. El asunto es económico y por poder político. Por eso persisten los ataques a la Fuerza Pública y los hostigamientos a la población su sostenimiento es derivado de economías ilícitas. Y en un escenario violento se suma el Clan del Golfo y todas las bandas urbanas de microtráfico. Y como si fuera poco ahora tenemos las mal llamadas “Guardias Indígenas y Campesinas” con una acción envalentonada y creciente que al parecer son intocables, tal vez ignoran que por mucha protección que tengan, como “reserva ancestral”, existe el Código Penal, frente a sus acciones, que lejos están de muchos indígenas dedicados a preservar y a cuidar sus hermosas y respetables costumbres, que inician desde la paz, en sus comunidades. Nada raro que de esas “Guardias Indígenas” envalentonadas y tan revolucionarias, resulte otra guerrilla. Quizás se busque legitimar, a sangre y fuego, también esas acciones de enfrentamientos armados, entre los unos con otros.

También es cierto que el famoso Acuerdo con las Farc para “una paz estable y duradera” nunca se dio, no llegó. Eso fue un intento fallido. Tal parece que sólo ganaron los miembros, ancianos y “mamados” de la guerra que hoy son honorables congresistas y senadores, sin hacer política, pues con certeza no tendrían votos de esa población que por años han hostigado, asesinado, secuestrado y vacunado con extorsiones. Ese Acuerdo de Santos quedó de adorno, fue un show. Y también internacionalmente ya se sabe. Lástima que el título de Premio Nobel de Paz, no pueda quitársele. ¿Será que Gustavo Petro desea un pergamino igual? Recordemos que en campaña Gustavo Petro, prometió el cumplimiento de ese Acuerdo, como una bandera en su actual gobierno.

Dice José Félix Lafaurie Rivera que: “el Acuerdo del Teatro Colón, el ELN ni lo desconoce ni lo reconoce. Para Pablo Beltrán fue un acuerdo entre “cúpulas” para lograr reivindicaciones políticas y beneficios; un acuerdo a espaldas de la sociedad, cuya participación, por el contrario, es el eje de las actuales negociaciones”. Y agrega: “Para el EMC de Mordisco, en guerra con el ELN y enemigo de la Segunda Marquetalia, a la que acusa de alianzas paramilitares, el Acuerdo ni siquiera existió. De hecho, no se consideran “disidencias”, porque ellos son las Farc y, por tanto, en una negociación empezarían de ceros”.

Es claro que entre las guerrillas desde siempre han tenido peleas, por poder y dominio territorial, por eso: la Segunda Marquetalia, por su parte, es enemiga acérrima del Estado Mayor Central, como se le conoce al liderazgo de una federación de frentes disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia; que identifican como EMC FARC, pues según investigaciones Iván Mordisco mandó matar a Márquez, por ser defensor del Acuerdo, del cual este último fue jefe negociador. Sin embargo, tras la muerte de Santrich, “El Paisa” y Romaña, y con Márquez fuera de escena, esa EMC la ven debilitada y hasta mutilada. La verdad, nunca se sabe, porque ya vimos que en Colombia hasta los que estaban muertos “resucitan”, para seguir derramando sangre, repartiendo dolor y temor a la población civil.

Por todo junto, y por mucho más, el país sigue en ascuas y, cada día, más incrédulo frente a los mecanismos la tal “Paz Total”.  Mientras, los colombianos se enfrentan a mayor pobreza, desigualdad y muy poca confianza en el Cambio para mejorar.