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Palmicultores con B30 apuestan a reactivar la economía y el empleo en Colombia

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  • Con el apoyo del Gobierno, Colombia está listo para desarrollar nuevo programa de biodiésel con alto impacto económico y social
     
  • El sector palmicultor lanzó la propuesta de avanzar en una nueva etapa del programa de biodiésel con la meta de llegar a una mezcla del 30 % (B30) e irradiar beneficios económicos, sociales y ambientales en los 21 departamentos palmeros del país.
     
  •  Aumentar el consumo nacional a través del B30 generaría 200 mil nuevos empleos rurales, es otra de las noticias que arroja el balance del Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite que culminó una etapa clave la semana anterior.  

En el marco de versión 48 de su Congreso Nacional, el sector palmero lanzó la propuesta de avanzar en una nueva etapa del programa de BIOdiésel con la meta de llegar a una mezcla de 30 % (B30) y así contribuir al progreso económico, social y ambiental en los 21 departamentos palmeros del país.  

En su intervención durante el evento, en presencia del Presidente Iván Duque Márquez, María del Pilar Pedreira, Presidente de la Junta Directiva de Fedepalma, destacó el rol de la palma de aceite en el país, así como los beneficios económicos, sociales y ambientales que ha traído a la ruralidad colombiana como son:  aumento de la formalidad, del empleo, de la cobertura de salud y educación y la disminución de las hectáreas sembradas en coca,  algunos de los principales aspectos que mostró ante el Primer Mandatario y los Ministros que asistieron virtualmente al Congreso Palmero.  

Con base en estos argumentos, la directiva finalizó su intervención señalando que “…la verdadera estrategia se basa en elección y renuncias. Espero que las palabras que usted acaba de oír le hayan llenado de argumentos para entender que elegir el campo y la palma es una buena estrategia para Colombia.” 

Y parte de esa estrategia quedó plasmada en la propuesta que Jens Mesa Dishington, Presidente Ejecutivo de Fedepalma, hizo en el conversatorio con el Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Rodolfo Zea Navarro, que se desarrolló durante el encuentro.

En dicho escenario, Mesa Dishington recordó que “No hay nada como un sueño para crear el futuro. En el momento actual que vivimos, en medio de la pandemia del Coronavirus, que afecta al mundo entero y a Colombia, con impactos tremendos sobre la vida y la salud de muchas personas, y de la economía, hay que ser soñadores y audaces”.

Con ese preámbulo, presentó un nuevo programa de biocombustibles con BIOdiésel al 30 % (B30), “el cual no solo apuntaría a obtener los beneficios ambientales y energéticos del BIOdiésel, sino que generaría una demanda local adicional para el aceite de palma, que le permitiría duplicar el tamaño actual del sector palmero colombiano, conservando el modelo de negocio en el que nos mostramos resilientes con 50 % de consumo nacional y 50 % de exportaciones”, explicó. 

Se refirió a las bases sobre las cuales es posible pensar en dicho programa. Primero, un sector organizado, empresarial, formal, con un producto versátil, demandado, eficiente, sostenible y conectado con varias cadenas de valor estratégicas.  

En segunda instancia, una experiencia exitosa que se fundamentó primordialmente en dos “palancas”: el FEP Palmero y el Programa Nacional de BIOdiésel. “El Fondo de Estabilización de Precios ha permitido hacer un tránsito relativamente tranquilo de un sector concentrado solo en lo local, a uno que exporta cerca de la mitad de su producción. Y el Programa de BIOdiésel permitió duplicar las ventas locales de aceite de palma, con una mezcla de 10 % (B10) en el combustible diésel nacional. Gracias a esas palancas, el sector más que duplicó su tamaño y su contribución a la economía nacional”, dijo.  

Como tercer aspecto señaló el alto potencial de la agricultura colombiana que cuenta con tierra suficiente para sembrar y que está inexplotada. Colombia solo desarrolla alrededor de 20 % de su capacidad agropecuaria. De una frontera de alrededor de 40 millones de hectáreas, el área cultivada es inferior a 8 millones. Cuenta con recursos hídricos importantes y una población rural relativamente numerosa y pobre, con muchas necesidades de alternativas de ingreso y empleo. 

El vocero gremial igualmente destacó que otros países como Indonesia y Malasia han venido desarrollando programas de mezclas en B20 y B30, tanto en la búsqueda de fortalecer su economía, como en la de obtener los beneficios sociales y económicos de la actividad.  

“Con esta ambiciosa apuesta, estaríamos hablando de un sector palmero con más de un millón de hectáreas sembradas, multiplicando también todos sus beneficios inherentes a esta actividad. Si el Gobierno se compromete, este sería un programa de desarrollo económico, social y agrícola, sin precedentes en el país, que para realizarse requiere la voluntad política, audacia, ambición y visión estatal capaz de liderar un nuevo Programa de BIOiodiésel al 30 % (B30) y fortalecer el mecanismo del FEP Palmero, en aras de soportar el modelo de negocio de forma ordenada, con idéntica distribución para el mercado interno y para el externo”, argumentó Mesa Dishington.

Finalmente recordó que al Gobierno del Presidente Duque le faltan menos de dos años para terminar su periodo constitucional, por lo que preguntó: “¿Por qué no trabajar juntos para sentar las bases de este programa? ¿Hay acaso una mejor apuesta para hacer?”. 

La diversificación de la matriz energética: un aporte del BIOdiésel de palma  

En su intervención ante los palmeros, el Presidente de la República no sólo reconoció las bondades y beneficios de la palmicultura, sino que expresó el interés del Gobierno por retornar a una mezcla de BIOdiésel de 12 % (B12) a más tardar en el primer trimestre de 2021.

En el mismo sentido, durante su participación en el  conversatorio,  el Viceministro de Minas y Energía, Miguel Lotero Robledo, desarrolló esta propuesta ratificando que “a partir del primer trimestre de 2021 se va a incrementar la mezcla de combustible fósil en 12 % con biodiésel para todo el país. Lo anterior responde a un trabajo colaborativo entre los ministerios de Comercio, Agricultura y Minas y Energía, con miras a incrementar la demanda y, por ende, la producción”. 

Mencionó también que, “la palma es fundamental para el sector energético del país, al ser una fuente renovable, que tiene beneficios para la salud humana.” De igual forma puntualizó que, “desde el Ministerio queremos promover tecnologías de cero y bajas emisiones que nos permitan ser más eficientes y tener una movilidad más sostenible en el país, ya que 80 % de las partículas del aire se atribuyen a los usos de transporte y energías fósiles.”  

En la misma línea, Jens Mesa Dishington señaló que “Colombia tiene petróleo, pero no es un país petrolero; sus reservas solo alcanzan para unos pocos años. Por consiguiente, es estratégico para el país desarrollar alternativas de diversificación energética, especialmente en combustibles líquidos”.  

Subrayó que, sin duda, estas acciones inmediatas abren el terreno para apostar de manera decidida a una mayor mezcla, que no solo diversifique la matriz energética, sino que contribuya al desarrollo de la economía rural nacional y a la mejora en la calidad del aire de las principales ciudades del país.  

Fortalecer el mercado nacional sin descuidar las exportaciones 

La palmicultura colombiana ha mostrado resiliencia en un modelo de negocio 50/50: 50 % mercado local y 50 % mercado internacional. Cuando las ventas de exportación superan ese nivel, se observan muchas dificultades para alcanzar una rentabilidad que haga sostenible el negocio. Esta resiliencia se ha logrado gracias a los beneficios del Fondo de Estabilización de Precios Palmero que no sólo ha ayudado a ordenar la comercialización facilitando la exportación de excedentes, sino que ha representado cerca de 16 % del ingreso de los productores en los últimos 20 años. 

A estos elementos, presentados durante las jornadas de diálogo con el Gobierno, en el marco del 48 Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, se sumaron los aportes que Laura Valdivieso Jiménez, Viceministra de Comercio Exterior, hizo durante el conversatorio que contó con la participación de Carlos Murgas Dávila, Vicepresidente de la Junta Directiva de Fedepalma; Miguel Lotero Robledo, Viceministro de Minas y Energía, y Jaime González Triana, Director (e) de Gestión Comercial Estratégica de Fedepalma.  

Durante su intervención, en medio de las exposiciones sobre las estrategias que propenden por el desarrollo del sector palmicultor, la Viceministra profundizó en la necesidad de agregar valor a las exportaciones, puesto que hoy se cuentan con las condiciones de competitividad y los elementos diferenciadores para posicionar al aceite de palma 100 % colombiano.  

“Debemos buscar y explorar nuevos escenarios internacionales, para tratar de llegar a un mercado como Estados Unidos, por ejemplo, que representen un significativa dinámica al consumo de este aceite a en el mundo”, agregó Valdivieso Jiménez, destacando el potencial de la agroindustria  y la necesidad de continuar desarrollando el componente exportador del sector.  

El aporte al medio ambiente del sector palmero 

El otro pilar sobre el que se construye el sueño del sector palmero es el de la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. Así lo reconoció el Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Rodolfo Zea Navarro, quien durante el conversatorio con Jens Mesa Dishington, Presidente Ejecutivo y Andrés Felipe García Azuero, Director de Planeación sectorial y Desarrollo Sostenible de Fedepalma resaltó la importancia que tiene para el gremio la sostenibilidad, pilar fundamental de la agroindustria y que, además, mediante el convenio de cero deforestación, trabaja por demostrar al mundo que los cultivos de palma se desarrollan protegiendo la biodiversidad y cuidando el medio ambiente.  

Así mismo, el titular de la cartera de Agricultura también comentó que, pese a la pandemia del Covid-19, “el esfuerzo de los palmicultores se ha evidenciado en los resultados, con el crecimiento del sector en 8 %, en los últimos 7 meses”. Adicionalmente, agregó que “parte de la iniciativa del Ministerio, es continuar fortaleciendo el posicionamiento del mercado de aceite de palma tanto nacional como internacionalmente, por medio del establecimiento de las bases en toda la cadena de valor de los biocombustibles”. 

Con la sostenibilidad como fundamento, una producción creciente, optimismo en la evolución de la demanda mundial, capacidad exportadora y el apoyo del Gobierno, el sector palmero tiene sentadas las bases para continuar siendo motor de desarrollo en el campo colombiano, señaló el Ministro.  

“Por ello, a través de un programa como el de B30, es posible contribuir a la reactivación económica y generación de empleo con cerca de 200 mil nuevos puestos de trabajo rurales, formales, dignos y bien remunerados, así como modelos de inclusión social y gran capacidad de impacto y transformación de los territorios rurales donde se desarrolla esta agroindustria, terminó diciendo Jens Mesa.