Inicio SALUD Educación Sin “Matoneo escolar”

Educación Sin “Matoneo escolar”

116
0

Por Lola Portela

¡No más Bullying! “No más matoneo escolar”, debería ser una voz que se levantara cada día, en el mundo entero.

En Colombia; aunque suene duro, el Código del Menor es cómplice del matoneo, y de muchos delitos.

Los menores en Colombia están “amparados para delinquir”, y no pasa nada. Por eso, hasta los grupos armados instrumentalizan y usan a menores, ya que  “por no ser adultos”, no reciben una condena realmente.

El “castigo”, la mayoría de las veces, lo asumen los padres, si los hay pendientes del menor, o aparecen, al momento de presentarse una situación de matoneo, por parte de los hijos.

Y es que aunque el comportamiento de los hijos está ligado, a la formación que reciben en cada hogar, el Manual de Convivencia, es fundamental, pero si se aplica. Es importante entender que el estudiante debe recibir una sanción, no sólo el padre de familia.

En la sociedad actual lo que vemos es que si se forma al hijo, hasta lo ven como maltrato, tanto en casa, como en los colegios.

La  “rienda suelta”, en la infancia niñez y adolescencia, es causal, en muchos casos, de adultos que llegan a viejos causando daño, incluso con sus palabras, ni qué decir con sus acciones.

Por eso, cobra sentido la historia de la joven Yadira Perdomo, una víctima del matoneo, que hoy en día es una voz que apoya a padres, colegios maestros en esa labor, del cómo y qué hacer.

Y, durante este artículo, la escuchamos también abogar por que le hicieran seguimiento a una menor agredida: “es importante estar atentos a las consecuencias de esas agresiones que lastimaron su moralidad, la dignidad de la menor, con esas canciones. Y ver qué dice el Manual de Convivencia del colegio, la sanción al agresor es importante…”.

Y es que, en la mayoría de los casos, el matoneo que realizan los menores  agresores, se queda sin sanción, para ellos. Tampoco les queda una enseñanza, a partir de sus actos, ni al agresor, ni a los compañeros de clase, pues al parecer no asumen responsabilidad alguna.

Tampoco  se ve un trabajo integral desde la institución, con trabajos que lleve a reflexionar sobre el tema, a la familia misma, lo anterior, teniendo presente que la familia es pilar de una sociedad sana.

Y como el papel aguanta todo, en Colombia existe la Ley 1620 de 2013. Con ella se pretendió  dotar a las autoridades públicas, instituciones educativas, directivos docentes y docentes, de las herramientas necesarias para enfrentar, entre otros problemas, los actos de acoso y violencia escolar, pero eso no es suficiente.

El caso de Yadira Perdomo, es importante por ser conocido como el primer proceso de bullying en Colombia, pero sigue en la lucha judicial.

En materia de justicia el asunto del bullying lo contempla el Código del Menor, pero un proceso, en Colombia, puede durar una eternidad o esperar a que un caso llegue hasta la misma Corte Suprema de Justicia.

Hace poco le tocó a la Corte condenar, a dos menores que agredieron sexualmente a un compañero. La defensa de los acusados aseguró que el acto cometido hacía parte de un caso de bullying, por lo cual el joven no podría ser condenado, pues el matoneo no hace parte del Código Penal.

Los hechos se cometieron el 12 de junio de 2012, en la ciudad de Tampa, Florida. Los niños pertenecían a un equipo de waterpolo y viajaron desde Colombia a Estados Unidos para participar en un campeonato. En una de las habitaciones en la que se hospedaban los menores, se cometió el caso de acoso, de agresividad sexual contra otro menor, que nunca volverá a ser la misma persona.

“El acto, contemplado como bullying no es delito. Pero se debe entender que es un conjunto de actividades y actos, esos sí reprochables penalmente. Y es que es importante entender que en un típico caso de bullying pueden estar presentes los delitos de injuria, calumnia, actos sexuales, constreñimiento, lesiones personales, vulneración a la dignidad e integridad, entre otras”, nos explica un experto abogado.

En el caso de Yadira Perdomo, desde niña, y hoy siendo una joven y su familia, han tenido varios episodios judiciales. También Yadira ha estado al borde  de la muerte en varias ocasiones, porque su condición de salud cambió radicalmente.

Yadira Perdomo sufrió un ataque de bullying o matoneo escolar hace 15  años. Y ese episodio, esa “broma”, que vivió en su colegio la dejó sin movilidad.

Por eso, su adolescencia la pasó entre quirófanos y dolorosas terapias, consecuencia de las graves lesiones que le fueron ocasionadas en su columna y piernas.

El 25 de agosto de 2009 fue lanzada, por algunos de sus compañeros de clase, desde el zarzo de la ventana de su salón.

Hace poco, Yadira, estuvo a punto de partir para siempre, pero su fe le abrió la puerta a un nuevo milagro, en el que Dios le regaló, una vez más, una oportunidad y, aunque su corto camino ha estado lleno de fuertes retos, lo que un día fue tragedia para ella y su familia, “hoy se ha convertido en una bendición para su hogar: está viva y logró sanar sus heridas”, afirma, complacida, su mamá

Ahora Yadira Perdomo se dedica a “ayudar a reparar desde el perdón”, a través de su Fundación  Unidos Seremos Escuchados – USE.

Por sus graves lesiones  no pudo terminar su bachillerato, en colegio presencial, pero no se quedó postrada, ni muchos menos se resignó  a que se desdibujaran sus sueños.

Por eso, presentó un examen en la prueba Saber ICFES, para validar su bachillerato en el 2011, y al obtener un puntaje muy superior, se graduó como Bachiller con honores, acta que recibió de manos del Dr. Oscar Sánchez de la Secretaría de Educación Bogotá.

Fue estudiante de música en la universidad Sergio Arboleda en donde conoció al maestro Gustavo Dudamel, con quien tuvo el espacio para hablar ampliamente sobre Dios, y fue de quien recibió la sugerencia de la decisión del perdón, para que así su guitarra y violín ya no sonaran con tanto dolor.

Es cierto que la “broma pesada” que le jugaron sus compañeros de clase, la hizo caer desde un tercer piso, y sufrió una lesión severa en la columna, por la que los médicos dijeron que no volvería a caminar, pero esta joven hoy camina de una manera diferente: sembrando amor y perdón.

Su vida es un gran ejemplo. En el año 2013 se inscribió para participar en competencias de tiro con arco en el IDRD, fue tanto su amor, su pasión hacia este deporte, que conquistó la primera Medalla de Oro para Colombia y obtuvo la clasificación a los Paraolímpicos 2016.

Mujer  biónica Colombiana

Lamentablemente, su salud no ha sido su mejor aliada, y recayó, por eso con enormes esfuerzos económicos viajó a Estados Unidos, para ser nuevamente operada con tecnología de punta; después de diez cirugías, surgió la esperanza, pues logró dar pasos de marcha, por lo que fue llamada la “mujer biónica”, con ella se puso en práctica la cura para la discapacidad, en el mundo.

Fueron 8 largos años sin pararse de su silla de ruedas; hoy puede dar fe y testimonio de éste otro hermoso milagro del Señor, de poder disfrutar de una apacible paz que supera todo entendimiento y así trasmitir, iluminar y enseñar a niños, jóvenes, familias y las personas en general, el camino para lograr perdonar.

Ahora, su vida la alterna con rigurosas terapias, sus conferencias en escuelas y colegios, para alejar a los menores de la violencia y el hostigamiento, llegando a centenares de planteles por toda la geografía colombiana.

Ese es el propósito de su fundación U.S.E. , Unidos Seremos Escuchados, pues desea extender su mensaje de amor, diálogo y tolerancia a todas las personas e instituciones que se lo requirieran.

Será una gran “Psicologa”, y desea profundizar su visión de lo que es la salud mental de los colombianos, la influencia de la violencia en las aulas, hogares y en la comunidad, pero en particular del “Matoneo Escolar” puesto que ha sido generalmente abordado desde sus consecuencias, pero no desde sus posibles causas.

Además se prepara para representar a Colombia en otra competencia internacional de tiro con arco.

Ángela Altamiranda, es la madre de Yadira Perdomo,  y la llaman “mamá repollo”, ella se encarga de mucho en la vida de Yadira.  Es la primera en pedir oración por cada nuevo reto de su hijo.

Por eso, es imposible hablar de Yadira, sin contar con Ángela, “mamá repollo”, ambas son equipo, dos guerreras, contra el matoneo en Colombia, desde el amor y el perdón.

El caso de Yadira Perdomo fue el primer proceso de bullying que tiene sentencia de la Corte Suprema de Justicia, pero aún hay mucho por legislar, en este tema. Y es un llamado para los congresistas de Colombia.