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“Aliados por la infancia”, contra la trata de personas

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Por Lola Portela

“Aliados por la Infancia” tuvo como objetivo destruir redes de transmisión y producción de material de abuso sexual infantil que operan a nivel mundial.

Estos procedimientos corresponden a la primera acción de este tipo “concebida y coordinada desde Argentina para combatir la explotación sexual de niños y adolescentes”, nos confirman fuentes oficiales.

Argentina coordinó el operativo internacional, que involucró a ocho países contra la explotación sexual de menores y se lograron 46 detenciones.

En coordinación de la justicia de la ciudad de Buenos Aires, se allanaron 150 objetivos, en el marco de “Aliados por la infancia”, en el que participaron EEUU, Brasil, Chile, Ecuador, Panamá, Paraguay y Puerto Rico.

Colombia es vista como “destino sexual”

No es un título que dé orgullo, pero  leer chat, material probatorio, y conocer las investigaciones en curso, solo causan repugnancia y hacen entender la gravedad del tema.

Colombia está frente a  un grave problema social, que va más allá de lo moral, por el incremento de la explotación sexual infantil.

Y es importante entender que no se trata sólo de Medellín que, con el alcalde Federico Gutiérrez, a la cabeza, quien ya ha implementado acciones puntuales y arrancó una lucha frontal contra este delito.

Lo mismo debe hacerse en  Barranquilla, Cartagena, Santa Marta, Bucaramanga, Leticia (Amazonas) , y hasta Bogotá, pues estas ciudades ya son parte de las redes que conforman los traficantes de personas.

El tema involucra  tanto adultos, mujeres y hombres, que ofrecen su propio cuerpo, y hasta disponen del cuerpo de menores de edad, familiares, para ser “vendidos”, como objetos, a ciudadanos extranjeros.

La mayoría de los “clientes” son estadounidenses, pero muchos provienen también de Europa y hasta de Asia. “Turistas”, que  llegan a Colombia a cometer todo tipo de vejámenes: desde pactar citas con proxenetas (Persona que obtiene beneficios de la prostitución de otra persona) o mujeres que aparentemente  “conquistan”, por redes, en diferentes ciudades, pues hacen recorridos, buscando en placer, a donde llegan. Algunas incautas “creen que encontraron el amor de su vida”, cuando en realidad tienen mucho por perder.

El asunto, no para allí, muchos de esos “turistas sexuales buscan, hasta encontrar la forma de  “coronar” la virginidad de una menor, ya sea de Colombia u otro país, que por lo general es raptada y, lamentablemente, muchas veces es negociada por un familiar, un padrastro o uno de sus progenitores.

Y, duele decirlo: son muchos los casos de mujeres que negocian a sus hijas.

Lo ideal es lograr que ningún delincuente siga haciéndole daño a los niños y niñas de nuestros países.

Ya hay acciones, en Colombia  coordinadas con el gobierno de EE.UU, y así fue capturado Stefan Andrés Correa, ciudadano estadounidense de 42 años que confesó haber ingresado, desde el 2023, 45 veces a nuestro país para sostener relaciones sexuales con menores de edad. Y, finalmente, fue capturado en Miami, cuando pretendía volver nuevamente a Colombia.

Durante la captura le  fueron halladas conversaciones donde ya había negociado, esta vez, a 4 menores entre los 11 y 12 años.

En los Chats de este extranjero, se lee cómo negocia, con un presunto “tramitador”, Y eso motivó su captura en Miami, justo antes de que viajara de nuevo a Colombia.

En uno de los apartados, el pedófilo le indica al supuesto tramitador: “Para ser honesto, la penetro completamente y termino dentro de ella. No quiero que ella diga “no” o “hasta donde puedes llegar”. “…Ella necesita entender que necesita que yo disfrute sin marcha atrás”, dice en los chats, en poder de las autoridades.

Lo que sigue es más escalofriante.

El delincuente  reconoce que disfruta con el dolor y sufrimiento de las niñas: “Lo vamos a hacer en diferentes posiciones. No quiero que me apresuren, quiero disfrutarlo y poder repetirlo, ¿entiendes? Ella no es la primera que me ha llorado. Las otras chicas se abren, me besan y lo aguantan hasta media hora. Necesito que ella entienda, si llora, voy a seguir adelante. Por favor, no interrumpas, pase lo que pase”.

Y es que “en ese pase lo que pase”, son muchas las menores que mueren por hemorragias, o quedan en condiciones médicas muy delicadas y con consecuencias de por vida. Recordemos que son niñas o niños y sus cuerpos están en desarrollo.

Luego, el pedófilo, le indica los supuestos premios que le daría a las niñas que cumplan sus aberrantes fantasías sexuales: “¿Vale? Si todo va bien, puede ser un iPhone XS. ¿Déjame saber lo que piensas? Podemos besarnos para que ella entienda lo bueno que será. Y tal vez sea un XS Max, pero en serio, ella necesita comprender la belleza de amor y alegría”.

Stefan Andrés Correa, es uno de los tantos obsesionados por el dolor infantil, y le repite al traficante que si la niña que él le conseguirá llorará durante el abuso sexual. “¿Me va a dejar llegar hasta el final o llorar y me pedirá que pare?”, a lo que el supuesto tramitador responde: “Obviamente, ella lo va a hacer”.

Es un “negocio”, entre dos adultos, sin contar con lo que harán con la dignidad y la salud mental y física de una menor.  Paso seguido hablan de valor a pagar, tanto para el negociador, como para la niña. Y, bien se sabe que el proxeneta se queda por lo general con todo. La mayoría de las veces, le “pagan” a las menores con cualquier cosa, puede ser ropa, un celular de moda o una simple comida, es su manera de  “premiar” a los menores”.

Los chats en poder de las autoridades internacionales contemplan las aberrantes exigencias de los clientes pedófilos que viajan a Colombia a dañar la pureza de nuestros niños. 

Y es que nada justifica, este delito. Ni el dinero que paguen, ni la necesidad y el hambre en que viven muchos menores.

Las redes y la Trata

El asunto inicia en las redes sociales, que están presentes en nuestro día a día de forma continua y hasta en lo laboral. Sin embargo, debemos tener presente que las redes y la tecnología se utilizan también con fines delictivos.

Consultamos la ONG Polaris de Estados Unidos cuenta con una de las bases de datos más grandes del mundo sobre trata de personas. Esta Organización analiza cada año las tendencias que existen sobre el delito y nos revela al respecto varios datos interesantes:

* La captación en línea aumentó un 22% durante el confinamiento mientras que la proporción de víctimas procedentes de lugares comunes de captación como los clubes de striptease (-46%), los hogares de acogida (-70%) y las escuelas (-38%) descendió drásticamente. Internet se ha posicionado como el principal lugar de captación.

 * Asimismo, las redes sociales que destacan como medio de captación son Instagram y Facebook. En particular, el análisis reveló un aumento del 125% de las denuncias de captación en Facebook y un 95% en Instagram respecto al año anterior.

Cabe anotar que en la jurisdicción colombiana, así como a nivel mundial, la trata de personas agravada y la pornografía con menores de edad son delitos graves. Y de acuerdo con el Código Penal, el castigo por el delito de trata de personas agravada puede oscilar entre los 13 y 25 años de prisión, además de acarrear una multa entre los 50 y 1.000 salarios mínimos legales vigentes (SMLV).

Respecto a la pornografía con menores, se establece en el artículo 218 del Código Penal que este delito tiene una condena entre los 10 y 20 años de prisión, además de tener una multa entre 150 y 1.500 (SMLV).

Denunciar delitos sexuales que involucran a menores es un paso esencial para proteger la integridad de la infancia.

Si llega a tener información o sospechas que un menor ha sido víctima de un delito sexual, es importante tomar medidas para informar ante las autoridades. Desde la página oficial de ICBF enumeraron las entidades a las que se puede realizar la denuncia:

Fiscalía General de la Nación,  Centro de Atención Integral a Víctimas de Abuso Sexual (CAIVAS),* Centro de Atención Penal Integral a Víctimas (CAPIV), Unidades de Reacción Inmediata (URI),  Salas de Atención al Usuario (SAU).  Policía Judicial, Policía de Infancia y Adolescencia, Comisarías de Familia

No se convierta en cómplice porque: “Con la Trata, no se Trata”.