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Resistencia a los cambios de Milei en Argentina

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Las principales centrales obreras del país convocaron una concentración que acabó con al menos seis detenidos. 

Miles de personas convocadas por sindicatos y diferentes organizaciones protestaron este miércoles 27 de diciembre, en el centro de Buenos Aires, contra un decreto de necesidad y urgencia impuesto por el Gobierno de Javier Milei para desmantelar el Estado argentino. 

La marcha unió a las principales centrales obreras del país, la Confederación General del Trabajo (CGT), que calcula una asistencia de 20.000 personas, y la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), además de organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos ante la sede del Poder Judicial y la Suprema Corte de Justicia de Argentina. 

La concentración se realizó en medio de un gran despliegue de fuerzas de seguridad y  transcurrió sin incidentes hasta la desconcentración, al mediodía, cuando la tensión entre los manifestantes y la policía creció.

El texto del decreto de necesidad y urgencia (DNU) contempla de una sola vez más de 300 reformas que, entre otras cosas, derogan leyes, eliminan decenas de regulaciones estatales, habilita la privatización de empresas públicas, abren la puerta a las operaciones en dólares y dan el puntapié para flexibilizar el mercado laboral y el sistema de salud del argentina que esta en estado deplorable. La decisión está siendo cuestionada por diferentes sectores que se acostumbraron a lo impuesto por la izquierda y quienes consideran las reformas  “inconstitucionales”.

“Emergencia pública”

La reforma más llamativa y preocupante, según sus detractores, es la que pide declarar “la emergencia pública en materia económica, financiera, fiscal, previsional, de seguridad, defensa, tarifaria, energética, sanitaria, administrativa y social hasta el 31 de diciembre de 2025”.

Un período que “podrá ser prorrogado por el Poder Ejecutivo nacional por el plazo máximo de DOS (2) años”.

En la práctica, si esta norma se aprobara, el presidente Milei tendría durante sus cuatro años de gobierno la potestad de decidir sobre todos estos temas que hoy sólo puede legislar el Parlamento.

En otras palabras, tendría en sus manos el poder tanto del Ejecutivo como del Legislativo, una propuesta controvertida que, en la práctica, tiene pocas posibilidades de ser aprobada por los legisladores del oficialista La Libertad Avanza, que son minoría, según apuntan muchos analistas.

¿Qué dice la “ley ómnibus”?

Mientras que el “megadecreto” de Milei propone desregular una gran variedad de sectores económicos, como el laboral, el comercial, el inmobiliario, el aeronáutico, el de la salud y hasta el de los clubes de fútbol, el paquete de leyes se centra en áreas que, según la Constitución, sólo pueden ser modificadas por el Congreso.

“El texto incluye reformas profundas, necesarias y urgentes en materia tributaria, laboral, penal, energética y electoral”, dicen y concuerdan los expertos.

Los más de 600 artículos de la “ley ómnibus” modificarían una veintena de leyes.

Hay un capítulo dedicado a la reforma del Estado, que propone declarar “sujetas a privatización” a todas las empresas del sector público.

Se trata de cerca de 40 compañías estatales, entre ellas la petrolera YPF, Aerolíneas Argentinas, el Banco Nación, la Casa de Moneda (donde se imprimen los billetes), la agencia de noticias Télam, la empresa de agua AYSA y Ferrocarriles Argentinos.

En el capítulo sobre la reforma electoral se incluye la eliminación de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, más conocidas como PASO, que han sido motivo de controversia desde su creación en 2009.

Y se propone cambiar la composición de la Cámara de Diputados, pasando del sistema actual, que determina la cantidad de representantes de forma proporcional con la población, a un sistema de circunscripciones uninominales, que implica la división del país en 254 circunscripciones con un diputado por cada una.

Si bien el gobierno afirma que esto pondría fin a las llamadas “listas sábana” donde la población vota a muchos representantes que no conoce, los críticos señalan que esta fórmula, que utilizan países anglosajones, favorece a las fuerzas políticas grandes, quitándole representación a las más pequeñas.

Un posible plebiscito

El presidente Milei avisó, la noche anterior a la marcha,  que no cederá y mantuvo su desafío al Congreso. 

Si el decreto es rechazado, el presidente aseguró que llamará a un Plebiscito.

“¿Por qué el Congreso se opone a algo que le hace bien a la gente? Que me lo expliquen”, dijo y después acusó a “algunos” legisladores que “buscan coimas [sobornos]”. “Hay mucho vivillo y delincuente dando vuelta”, acusó Milei.

El nuevo presidente de Argentina no la tiene fácil con el Congreso, porque aunque Milei obtuvo el 56% de los votos en la segunda vuelta de las elecciones, cuando venció al peronista Sergio Massa, está en minoría en las dos cámaras del Congreso: en Diputados, la ultraderecha tiene sólo 38 bancas propias de un total de 257; en el Senado, ocho de 72. 

Y para lograr la transformación del país que pretende el presidente de derecha necesitará negociar con otras fuerzas políticas. Su partido, La Libertad Avanza, está confiado en que lograrlo. 

Los sindicatos se volvieron a reunir éste jueves para definir cómo seguir el “plan de lucha” frente a un Gobierno que, por ahora, no tiene intenciones de dar marcha atrás.

Y en Buenos Aires el Ejército se tomó las calles, en respaldo al Presidente y para defender la democracia. 

Unos dicen que se iniciaron los aires de cambio en Argentina, otros expresan que la lucha por desenraizar lo que sembraron los  Kirchner y los demás, durante décadas, recién comienza. 

¿Será que Argentina logrará entender y vivir la Libertad que Milei les promete, o prefieren la esclavitud, la pobreza, la corrupción, la falta de desarrollo y en el idealismo de izquierda que dejaron sus antecesores?

El tiempo lo dirá.