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Petro arremete contra EE.UU., defiende su política antidrogas y denuncia el genocidio en Gaza en su último discurso ante la ONU

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Por Lola Portela

El presidente Gustavo Petro habló por cuarta y última vez ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Como en ocasiones anteriores, centró su mensaje en la lucha contra el narcotráfico —esta vez enfatizando la descertificación por parte de Estados Unidos— y en la acción militar de Israel en Gaza, que, según señaló, ha dejado 65.000 civiles muertos.

Petro inició su intervención recordando que hace dos años propuso la realización de dos conferencias de paz, una de ellas dedicada a Palestina, antes de la escalada actual que calificó como un “genocidio”. Como en discursos anteriores, comparó los ataques contra civiles en Gaza con los bombardeos a embarcaciones en el Caribe, denunciando una actitud de superioridad racial de ciertos líderes mundiales. “Se creen la raza superior y no se dan cuenta que sus dirigentes los llevan a la extinción”, dijo, refiriéndose directamente a Donald Trump. La delegación de EE. UU. en la ONU abandonó el recinto mientras Gustavo Petro criticaba a Donald Trump por la descertificación de Colombia.

Al referirse a la descertificación de su gobierno, el mandatario colombiano la calificó como una decisión política sin fundamento, afirmando que ha sido uno de los gobernantes que más droga ha incautado. “He cambiado la retrógrada guerra contra las drogas por una política antidrogas más efectiva”, declaró Petro. Según él, esa guerra ha sido utilizada históricamente como un instrumento para dominar a los pueblos del sur. “Hablo como un presidente descertificado por Trump, quien no tenía ningún derecho”, agregó, denunciando además presiones de mafias políticas internas. El recinto fue quedando practicante vacío.

El presidente aseguró que cientos de campesinos han sido masacrados como resultado de la lucha antidrogas y criticó la reacción de la delegación de Estados Unidos, que abandonó el recinto tras ser mencionada. También cuestionó que el gobierno anterior, de Iván Duque, no fuera sancionado pese al crecimiento de cultivos ilícitos durante su mandato.

Sobre los bombardeos a lanchas en el Caribe, Petro dijo que no eran del Tren de Aragua e insinuó que podrían haber muerto ciudadanos colombianos y pidió una investigación internacional, incluyendo responsabilidades para Trump. “Es un autoconsumo estadounidense que deriva en lo peor”, expresó, criticando la responsabilidad de EE.UU. en la cadena global del narcotráfico. Además, comparó los efectos del fentanilo con los de la cocaína: “La cocaína mataba 3.000 personas al año; el fentanilo mata 100 veces más. ¿Ha mejorado EE.UU. tras décadas de guerra contra las drogas?”.

El mandatario reiteró que en Gaza se está cometiendo un genocidio ante los ojos de la ONU, y que la comunidad internacional permanece inerte. En contraste con Trump, a quien acusó de promover la muerte, dijo que su gobierno busca salvar vidas a través de acuerdos de paz incluso con narcotraficantes y rebeldes. Defendió su negativa a extraditar a negociadores activos, lo cual ha sido uno de los puntos de fricción con Estados Unidos.

Petro también mencionó la sustitución de 25.000 hectáreas de cultivos ilícitos durante su mandato como un logro, aunque cifras del Ministerio de Defensa indican que serían solo 12.000.

Luego, el presidente giró su discurso hacia la crisis climática, advirtiendo que queda poco tiempo para evitar una catástrofe global. “No van a poder hacer nada”, dijo, señalando que la solución pasa por abandonar el consumo de petróleo e hidrocarburos. Denunció además que las potencias no han cumplido con la entrega de recursos prometidos para proteger la Amazonía, tildando esos compromisos de “limosna inocua”.

Retomó su propuesta de cambio de deuda por acción climática, calificándola como una salida urgente y real. “Si no lo hacemos, las potencias van a reclamar intereses en medio de cadáveres”, advirtió. Añadió que el mercado no resolverá la crisis climática porque “es el mercado mismo el que la produce”.

En tono ideológico, Petro sentenció: “Capital o vida, democracia o barbarie”, mientras mostraba la bandera de guerra de Simón Bolívar que llevaba al pecho. Afirmó que el modelo de Estado-nación está en crisis y que ha surgido un nuevo sujeto político: la humanidad.

Para cerrar, criticó nuevamente los ataques en Gaza, comparándolos con el ascenso del nazismo: “Esto se parece al regreso de Hitler. Los misiles caen donde hay pobreza, no donde hay lujo”. También rechazó la designación del Tren de Aragua como grupo terrorista por parte de Estados Unidos, aunque reconoció que se trata de una organización delincuencial.