Por Lola Portela
En medio del debate nacional sobre la nueva reforma tributaria impulsada por el gobierno de Gustavo Petro, María Fernanda Cabal dice: “es urgente hacer una advertencia clara: esta reforma no representa justicia social, sino una carga excesiva sobre los hombros de los ciudadanos de menores ingresos.
“Le diré NO a esta reforma en su trámite, no por capricho político, sino por convicción ética y compromiso con la libertad económica. Colombia no puede seguir aceptando reformas fiscales que prometen redistribución mientras castigan el consumo, el trabajo, la propiedad y la cultura popular“, afirmó la precandidata Cabal.

A continuación, los puntos más preocupantes de esta iniciativa gubernamental:
1. Gasolina y ACPM: un impuesto que se siente en cada trayecto
El proyecto contempla un IVA del 19% sobre la gasolina, el ACPM, el biodiésel y el alcohol carburante. Este incremento afectará directamente al transporte y, por ende, encarecerá los alimentos y el costo de vida diario. El aumento de estos insumos se traduce en un golpe transversal para todos los sectores, especialmente los estratos 1, 2 y 3.
Licor: gravar la cultura popular
El impuesto al consumo de licores se extenderá al 19%, no solo sobre vinos y whisky, sino también sobre aguardiente y bebidas populares. Esta medida, lejos de afectar a los grandes consumidores, impacta el bolsillo de millones de colombianos que celebran con estas bebidas tradicionales.
3. Juegos de azar: más impuestos a la esperanza de los humildes
El proyecto propone un IVA del 19% al chance y la lotería, instrumentos que tradicionalmente han sido el “alivio emocional” de miles de personas de bajos recursos. Se castiga incluso la ilusión del que no tiene otra salida.
4. Impuesto al Patrimonio: los pequeños también pagan
Antes se aplicaba a quienes tenían patrimonios superiores a $3.600 millones. Ahora la base se reduce a $2.000 millones, afectando a familias y pequeños empresarios que han construido su patrimonio con años de esfuerzo.
Apuestas digitales: un nuevo blanco fiscal
Las plataformas digitales de apuestas tendrán una carga del 20% al 30% sobre sus ingresos, un costo que finalmente terminará pagándose por los usuarios. En vez de regular con equilibrio, se opta por imponer más carga fiscal sin considerar sus impactos.
Empresas y carbón: la inversión en riesgo
La sobretasa del 15% al carbón podría espantar la inversión, en un sector que genera empleo y desarrollo en regiones olvidadas. El país no puede darse el lujo de desincentivar su propia industria mientras sigue dependiendo de ella.
7. Herencias: una casa familiar tratada como un lujo
Las herencias superiores a una vivienda de interés social (VIS) serán gravadas. En otras palabras, una familia que herede una casa sencilla será tratada como si hubiera recibido una fortuna.

8. Petróleo: más impuestos, menos regalías
Un nuevo impuesto del 1% a las ventas y exportación de petróleo amenaza con reducir las regalías y desincentivar la inversión extranjera. Menos inversión significa menos empleo y menos desarrollo para las regiones productoras.
Conclusión: una reforma que no protege, sino que exprime
Lejos de defender a los pobres, esta reforma aumenta la carga sobre quienes menos tienen, mientras el gasto público sigue creciendo sin control ni resultados.
El verdadero camino hacia el desarrollo no es aumentar impuestos, sino liberar la economía, impulsar la inversión, reducir la burocracia y devolver el poder adquisitivo al ciudadano común. Colombia no necesita más impuestos, necesita mejor gestión y un Estado más eficiente y transparente. El verdadero camino no es engordar al Estado, sino liberar a los ciudadanos. El dinero debe estar en el bolsillo de la gente, no en las arcas de un gobierno que gasta sin control.
Es momento de decir NO a esta reforma. NO a más cargas para los que menos tienen. Y SÍ a un país donde el esfuerzo, la propiedad y el trabajo sean valorados, no castigados.