Por Lola Portela
El Senado dio luz verde a la reforma laboral en su último debate. Aunque fue una iniciativa del Gobierno nacional, el proyecto sufrió varias modificaciones gracias al aporte y negociación entre distintas fuerzas políticas.
Antes de convertirse en ley, la propuesta deberá pasar por el proceso de conciliación entre la Cámara de Representantes y el Senado, donde se definirá el texto final. En este contexto, el presidente Gustavo Petro ha instado a Jaime Raúl Salamanca, presidente de la Cámara, a mantener firmes las posturas clave del Gobierno.
El debate fue extenso e intenso, con sesiones que se prolongaron durante varios días. En las últimas semanas, el Congreso centró su atención en lograr acuerdos para avanzar con la reforma, en un proceso donde todos los sectores hicieron concesiones.
Las bancadas que impulsaron el proyecto en la Comisión Cuarta del Senado —con figuras como Angélica Lozano (Alianza Verde) y John Jairo Roldán (Partido Liberal)— jugaron un papel decisivo. Roldán, junto con Juan Felipe Lemus (Partido de la U), también lideró la discusión en la plenaria.
Uno de los cambios más significativos aprobados fue permitir que los aprendices del SENA puedan acceder a contratos laborales con todas las garantías legales. Este punto fue objeto de controversia: algunos temían el impacto económico para las empresas, mientras otros defendían los derechos de los aprendices.

El aprendiz recibirá todas las prestaciones laborales. Recibirá el 75% de un salario mínimo legal vigente en su fase electiva ($1.067.625) y en su práctica el 100% de ese sueldo ($1.423.500).
Desde el Pacto Histórico celebraron este avance. La senadora Esmeralda Hernández lo calificó como un triunfo para la clase trabajadora y la justicia social, reafirmando el compromiso del movimiento con el trabajo digno.
A su vez, la senadora Angélica Lozano destacó que varios aspectos de la consulta popular anunciada por el presidente Petro ya fueron incluidos en el articulado aprobado, por lo que podría dejar de ser necesaria.
Uno de los cambios centrales es la modificación del horario laboral diurno, que se extenderá hasta las 7:00 p.m. A partir de esa hora, cualquier trabajo adicional será considerado nocturno y deberá ser remunerado como tal, como se propone en la consulta y como quedó aprobado tanto en Cámara, como Senado, por lo que ahora el empleado recibirá un pago extra nocturno si trabaja más allá de esa hora.

También se avaló el incremento progresivo del recargo dominical y festivo hasta llegar al 100 % propuesto inicialmente por el Gobierno. El aumento será escalonado: 80% en 2025, 90% en 2026 y 100%, en 2027.
El presidente Petro ha sido enfático en rechazar la contratación por horas, señalando que debe incentivarse la formalización laboral y desestimular el uso de contratos por prestación de servicios para tareas permanentes dentro de las empresas.
Con la conciliación por delante, se espera que este paso final defina el marco legal que regirá las condiciones laborales en Colombia en los próximos años.