A pesar de la gran actividad sísmica, Colombia no cuenta realmente con una cultura sísmica. En algunas ciudades, durante un tiempo, se implementaron simulacros, algunas entidades y conjuntos de forma privada tienen unos protocolos, pero realmente la población colombiana no está preparada para vivir un gran terremoto, como si lo están, por disciplina, otros países.
¿Qué tanto tiembla en Colombia?
Debido a su configuración geológica y tectónica, Colombia es un país sísmicamente muy activo, pues hay diferentes placas que están en contacto (Nazca, Sudamérica y Caribe), y esto hace que se generen sismos en la mayor parte del territorio. Sin embargo, la mayoría de la actividad sísmica se concentra en la zona del Pacífico, debido a la subducción de la placa de Nazca debajo de la placa Sudamericana, lo que da lugar a la formación de la fosa submarina en el Pacífico y a la cadena volcánica de los Andes; la zona en la que la placa Caribe se subduce debajo de la placa Sudamericana; y la zona conocida como el Nido Sísmico de Bucaramanga.
Cabe explicar el término que la subducción, es una actividad convergente y ocurre cuando una placa con corteza oceánica más pesada choca con una placa de corteza continental menos pesada. La corteza oceánica empuja por debajo y se hunde entre el manto. Las fosas oceánicas, volcanes, y los arcos de isla están asociados con zonas de subducción.
Se estima que, en promedio, en el país puede haber 2.500 sismos al mes. Incluso, hay un lugar en donde prácticamente ocurren sismos todos los días y representa el 60% de la sismicidad ocurrida en Colombia: el Nido Sísmico de Bucaramanga, ubicado en el departamento de Santander, debajo del municipio de Los Santos.
Como en el país puede ocurrir un sismo en cualquier momento, lo importante es estar preparados. Por ello, es clave que las personas conozcan los riesgos a los que se enfrentan según el lugar en que habitan, así como qué hacer en caso de que tiemble.
Si tiembla en algún lugar del mundo, ¿puede repercutir en Colombia?
La posibilidad de que un sismo con origen en una zona ubicada fuera del país afecte la infraestructura o sea sentido por personas dentro de nuestro territorio, depende de factores como la ubicación, profundidad y magnitud del evento. Para ilustrar mejor esto, pongamos dos ejemplos: por un lado, hay sismos como los que ocurrieron en la costa norte de Ecuador (provincia de Esmeraldas) en diciembre de 2016, de magnitud 5.7 y profundidad de 10 km, que fueron sentidos en Nariño, Cauca y Valle del Cauca.
Por otro lado, hay sismos como el ocurrido en Turquía en febrero de 2023, de magnitud 7.8 y profundidad de 10 km, que no son reportados como sentidos por los colombianos. Esto, a pesar de que los instrumentos diseñados para detectar sismos (sismómetros) registran ondas sísmicas que viajan desde su origen hasta el territorio colombiano. Esto sucede debido a que la energía de un sismo se atenúa en la medida que sus ondas recorren mayor distancia.
En cuanto a los sismos submarinos, podemos decir que si estos son suficientemente fuertes pueden generar un tsunami o maremoto en nuestro territorio, teniendo en cuenta que las olas de tsunami pueden propagarse a través del océano y llegar a las costas colombianas, especialmente a la región del Pacífico.
La actividad sísmica en Colombia es monitoreada 24/7 por el Servicio Geológico Colombiano – SGC. Y este material que hoy Prensa Llanera les comparte es producto de su investigación.
Iniciamos diciendo que sismo, temblor y terremoto son sinónimos, luego no hay diferencia. Etimológicamente la palabra terremoto hace referencia a un movimiento que se genera en tierra firme o área continental, no a la gravedad de sus efectos.
Y aunque sea frecuente escuchar que la palabra “terremoto” se use para nombrar un sismo o temblor de grandes proporciones y que generalmente causa daños, en realidad esta concepción es producto de la cultura popular. Sin embargo, “ninguna de estas tres palabras está relacionada con la magnitud, la profundidad o los efectos del movimiento”, explica el SGC.
¿Qué son las placas tectónicas?
Son fragmentos de gran extensión en los que está dividida la litósfera terrestre: capa externa y rígida del planeta conformada por la corteza terrestre y la parte superior del manto externo. Y éstas tienen movimientos relativos entre sí. En Colombia confluyen la Nazca, la Sudamericana y la Caribe. Es uno de los motivos por los que se sienten con frecuencia movimientos
¿Qué es una falla geológica?
Las fallas geológicas son fracturas en la corteza terrestre a lo largo de las cuales se han desplazado dos bloques. Se pueden clasificar en activas y no activas. Las fallas activas son las que han presentado movimiento en el pasado geológico reciente (Holoceno). Es decir, hace menos de 11.000 años y se caracterizan por la presencia de actividad sísmica, escarpes y otras evidencias geológicas.
Las fallas no activas carecen de registro de movimiento y por tanto no generan sismos. La división entre las fallas geológicas activas y las no activas no es fácil de establecer, algunas fallas pueden presentar actividad irregular o intermitente, lo que puede dificultar la estimación del nivel de actividad sin estudios especiales y monitoreo extensivo.
¿Cuánto tiempo puede durar un sismo?
Esto es relativo, pues cuando hablamos de duración de un sismo nos podemos referir al movimiento que percibe el ser humano, al registro instrumental (puede ser de varios minutos) y al movimiento de la falla que originó el sismo (que puede ser de algunos segundos). Además, existen tres factores que intervienen en la duración del movimiento: la distancia que hay entre el punto en que fue sentido y el epicentro, el tipo de terreno y el tipo de construcción en donde nos encontremos en ese momento.
¿De qué depende la “peligrosidad” de un sismo?
La “peligrosidad” de un sismo, que se re[1]fiere los efectos potenciales que un evento de este tipo puede tener en determinada región, depende de varios factores como la magnitud, la profundidad del foco sísmico, la distancia al epicentro, la geología local y la densidad de población en la zona, así como de la calidad de las edificaciones e infraestructura (vulnerabilidad)
¿Qué tienen que ver la magnitud y la profundidad con el impacto de un sismo en la superficie?
El término magnitud se refiere a la cantidad de energía liberada por un sismo en el sitio donde se origina. Este dato se obtiene después de analizar el registro sismológico y se define en una escala abierta que va hasta 10.0 para sismos de origen tectónico. Esta es una medida universal.
Es importante tener en cuenta que, aunque no hay un límite teórico absoluto para la magnitud de un sismo, debido a las características físicas de la corteza terrestre y las placas tectónicas es difícil que se tengan sismos por encima de 10.0. Así mismo, que la escala en que se mide la magnitud de los sismos es logarítmica, por lo que un sismo de magnitud 3 libera 32 veces más energía que uno de magnitud 2 y un poco más de mil veces que uno de magnitud 1 (322); uno de magnitud 2 libera 32 veces más energía que uno de 1, y así sucesivamente, explica el SGC
Y agrega: “la profundidad es la distancia que separa el lugar en el que se origina el sismo (fuente, hipocentro o foco sísmico) en el interior de la Tierra y la superficie terrestre en la que esa energía se libera (epicentro). Esta se mide en kilómetros”.
“Dependiendo de la profundidad del hipocentro, los sismos pueden clasificarse en tres tipos: superficiales, con foco de profundidad de 70 km; intermedios, con una profundidad entre 70 y 300 km; y profundos, con más de 300 km”. Explica la entidad.
¿De qué dependen los efectos? “Los efectos que un sismo puede tener en la infraestructura de un lugar y, por ende, en las personas, depende, entre otras cosas, de la relación entre su magnitud y profundidad. A mayor magnitud y menor profundidad, mayor impacto habrá. Por esto, es clave que la profundidad sea tenida en cuenta a la hora de dimensionar el impacto que un sismo puede tener”.
¿Qué es la intensidad de un sismo y para qué se mide?
La intensidad de un sismo corresponde a una medida cualitativa que describe los efectos observados sobre la superficie terrestre durante un sismo: específicamente en las personas, los objetos, la naturaleza y las construcciones. De esta manera, un sismo puede tener diferentes valores de intensidad. Generalmente el valor más alto -que sería la intensidad máxima- se presenta en el epicentro y tendería a disminuir con la distancia.
La intensidad está asociada a cómo se percibe y se observa el sismo en diferentes puntos: en unos lugares puede tener efectos más severos que en otros. La intensidad máxima corresponde al sitio donde los efectos del sismo (en personas, construcciones, objetos, naturaleza) fueron mayores con respecto a los demás. Esa intensidad se mide de manera cualitativa en varias escalas (algunas de ellas van hasta 12). En el SGC utilizamos la Escala Macrosísmica Europea (EMS-98).
La intensidad de un sismo se mide y registra para obtener información detallada sobre cómo se ha sentido y cuáles han sido los efectos en áreas específicas. Estos datos son valiosos para comprender la distribución espacial de los daños y la respuesta de las estructuras y la población durante el terremoto.
¿Cómo pueden los ciudadanos contribuir a medir la intensidad de un sismo?
El SGC cuenta con un sistema de recolección de información llamado Sismo Sentido, disponible en las publicaciones de redes, a través de las cuales la Entidad informa sobre la ocurrencia de un sismo y al cual es posible acceder a través de este enlace: https://sismosentido.sgc.gov.co/.
Allí la población puede reportar las experiencias y observaciones sobre cualquier evento sísmico.
Es importante entender que esos reportes le permiten una estimación rápida de los efectos del sismo, lo cual es crucial para que los organismos de atención de emergencias actúen frente a eventos moderados o severos. Además, la información aportada por la ciudadanía permite describir cualitativamente el sismo, así como aportar datos a estudios orientados a mejorar el conocimiento de la amenaza sísmica en el país.
Entre más reportes haya, más efectiva será la estimación de los efectos generados por el sismo.
¿El calor tiene algo que ver con los sismos?
Hasta ahora no existe evidencia científica que respalde la creencia de que entre mayor sea la temperatura en un lugar, más posibilidades existen de que se presenten movimientos telúricos. Los sismos son el resultado de la dinámica en el interior de la Tierra, un fenómeno que ocurre en el subsuelo.
Y es que el calor en la atmósfera es la energía térmica presente en el aire generada por las dinámicas atmosféricas.
“Aunque sintamos un calor extremo en la superficie, esto no tiene ningún efecto en el interior del planeta. La atmósfera y el subsuelo tienen procesos y dinámicas propias y no están relacionados directamente entre sí. Por eso. es importante entender que la temperatura ambiental no es un indicador de actividad sísmica”, puntualiza el SGC.