Se trata de Josef Schütz, quien está acusado de “complicidad” en los asesinatos de 3.518 prisioneros del campo de Sachsenhausen.
Este jueves en Alemania comenzó el proceso contra el ex guardia de un campo de concentración de 100 años, el acusado de crímenes nazis de mayor edad en ser juzgado en el país, Josef Schütz, ex cabo principal de la división “Totenkopf” (Calavera) de las Waffen-SS, es jugado por “complicidad en los asesinatos” de 3.518 prisioneros mientras operaba en el campo de concentración de Sachsenhausen, no lejos de Berlín, entre 1942 y 1945.
El imputado tenía 21 años al inicio de los hechos. En particular, es sospechoso de haber disparado contra prisioneros soviéticos y de “ser cómplice de asesinatos con gas” del tipo Zyklon B.
Entre su apertura en 1936 y su liberación por los soviéticos el 22 de abril de 1945, por el campo de Sachsenhausen pasaron unos 200.000 prisioneros, principalmente opositores políticos, judíos y homosexuales. Varias decenas de miles de ellos murieron, principalmente por agotamiento debido al trabajo forzoso y las crueles condiciones de detención.
Christoffel Heijer, de 84 años, asiste al juicio: su padre se unió a la resistencia en los Países Bajos y fue detenido en 1941 por la Gestapo en Metz, antes de ser fusilado en mayo de 1942 en el campo de Sachsenhausen. “Mi madre recibió una carta suya el 3 de mayo de 1942, antes de que le dispararan. Cuando se enteró unos días después de que estaba muerto, lloró mucho y de repente el pelo se le llenó de canas”, recuerda.
Este juicio tiene lugar una semana después del proceso, que tuvo que ser abortado, contra Irmgard Furchner, de 96 años, ex secretaria de otro campo de concentración nazi. La lectura de la acusación tuvo que posponerse hasta el 19 de octubre debido a que la nonagenaria se había dado a la fuga cuando debía de celebrarse el juicio.
Durante diez años, Alemania ha juzgado y condenado a cuatro ex guardias de las SS y a otros ejecutores de la maquinaria nazi por complicidad en asesinatos, una justicia que, de acuerdo a las víctimas, llega tarde.
Así, Josef S. “no está acusado de haber disparado a alguien en concreto, sino de haber contribuido a estos hechos a través de su labor como guardia y de haber tenido conocimiento de que tales asesinatos se estaban produciendo en los campamentos”, explica el portavoz de la fiscalía de Neuruppin, Iris le Claire.
Teóricamente, podría enfrentarse a una condena de al menos 3 años de prisión, pero su sentencia será sin duda simbólica dada su elevada edad. En agosto, un médico lo había declarado apto para comparecer, con la condición de que las 22 audiencias programadas hasta principios de enero se limitaran a un máximo de dos horas.
Fuente: El Mundo.