Después de 18 años y en medio del confinamiento decretado por la pandemia de COVID19, la familia Montañez* recibió la mejor de las noticias: gracias a las labores adelantadas por la Unidad de Restitución de Tierras (URT), regresará a la finca “El Palmar” ubicada en la vereda San José del municipio de Tauramena (Casanare), la cual tuvieron
que abandonar como consecuencia de enfrentamientos entre la guerrilla y los
paramilitares.
Esta familia casanareña compuesta por padre, madre y sus cinco hijos, adquirió el
predio de 36 hectáreas el 2 de diciembre de 1996, a través de compraventa. “Allí
éramos felices porque cultivábamos yuca, maíz, malanga, frijol y plátano, también
teníamos un criadero de aves de corral y otro de cerdos; hasta que, en el año
2002, llegaron las Autodefensas Campesinas del Casanare e iniciaron una disputa
territorial con el frente 56 de las FARC, por lo cual, constantemente
escuchábamos ráfagas y vivíamos con la zozobra de que cualquier momento
perderíamos nuestras vidas” señaló don Fernando Montañez. Los Montañez fueron obligados a desplazarse hacia el municipio Chámeza (Casanare), luego que la guerrilla informara a todos los habitantes de la vereda que se retirarían de la zona y que dejarían sembradas minas antipersonal.
“Tras la entrada en vigencia de la Ley 1448 de 2011, la familia Montañez* acudió
a la Unidad de Restitución de Tierras para recibir la asesoría y acompañamiento
judicial que permitió al juez de restitución devolverles su finca y con ella la ilusión
de volver a cultivar la tierra,” señaló Wilson Leyton Roldán, director de la URT en
Meta.
“La familia casanareña también tendrá derecho al alivio de pasivos por concepto
de impuesto predial, tasas y otras contribuciones; y la inclusión en programas de generación de ingresos y acceso a la oferta institucional del Estado, que tienen
como objetivo reparar integralmente a las víctimas” puntualizó Leyton.