Por Lola Portela
En el convulso panorama político colombiano de cara a las elecciones presidenciales de 2026, ha surgido una posibilidad que empieza a mover expectativas y temores: una alianza entre María Fernanda Cabal, “la Leona”, y Abelardo de la Espriella, “el Tigre”. Dos figuras con estilos abrasivos, discursos de confrontación y bases activas en redes, parecen ahora acercarse en torno a un objetivo común: unificar la derecha para enfrentar al neosocialismo, en Colombia.
El mensaje que encendió las alarmas
Todo se aceleró con una entrevista de Abelardo de la Espriella y en respuesta la senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal publicó en su red X un mensaje directo y cargado de urgencia:
“Razón tiene @ABDELAESPRIELLA. Colombia necesita ya definiciones. No podemos dejar que Petro y su extrema izquierda sigan destruyendo el país mientras aquí seguimos buscando un acuerdo.
La patria es el bien superior y no da espera. Definir un candidato único de la derecha no solo es necesario sino una obligación por nuestro país.
Adhiero y le pido a mi partido que haga lo propio ante la propuesta de Abelardo de la Espriella.
¡Colombia nos necesita ya!”

Con este pronunciamiento, la senadora no solo respalda públicamente la iniciativa de Abelardo de la Espriella de escoger un candidato único mediante una gran encuesta, sino que espera que su propio partido —el Centro Democrático— adherir a esta ruta sin titubeos.
La declaración tomó fuerza porque:
- Cabal es una de las voces más fuertes dentro del uribismo.
- La derecha se encuentra fragmentada en múltiples corrientes, figuras y egos.
- De la Espriella viene posicionándose como un actor político disruptivo con ambición presidencial.
El proyecto del Tigre
Abelardo de la Espriella ha insistido en la necesidad de un mecanismo vinculante para definir un solo aspirante que represente a toda la derecha. Su apuesta por una encuesta nacional —realizada por varias firmas y aceptada por todos los participantes— busca evitar la dispersión que históricamente ha debilitado este sector.
Para él, la derecha debe dejar atrás los cálculos individuales. El mensaje ha calado especialmente en un sector ciudadano que se declara cansado de las pugnas internas y pide una oposición más cohesionada. Y, es notorio que a María Fernanda Cabal le importa es Colombia. Esta “leona” desde el Congreso ha dado esa pelea, y es su lucha, ahora como precandidata. Además, es la única que, hasta en Europa, ha levantado la voz para explicar los motivos por los cuales la democracia en Colombia ya está en grave peligro.

¿Es viable la alianza?
La eventual unión entre María Fernanda Cabal y Abelardo de la Espriella tiene puntos a favor:
1. Un discurso alineado contra el gobierno actual
Ambos han construido su narrativa alrededor de la idea de una amenaza de izquierda y la necesidad de “rescatar” el país. Esta coincidencia ideológica facilita la articulación de un relato común.
2. Capacidad de movilización digital
Cabal domina la derecha digital; De la Espriella moviliza audiencias que valoran su estilo combativo y su presencia mediática. Juntos podrían consolidar una maquinaria de opinión potente.
3. Presión interna sobre la derecha tradicional
El llamado de Cabal a su partido pone contra la pared al Centro Democrático, obligándolo a definirse: ¿un liderazgo único desde la base o una contienda interna prolongada?

Pero también hay riesgos:
1. Las tensiones dentro del uribismo
Aunque Cabal es influyente, no representa la totalidad del partido. Un apoyo institucional a De la Espriella podría no ser un hecho automático.
2. Egos políticos difíciles de conciliar
Cabal y de la Espriella son figuras fuertes, con estilos inflexibles. La relación entre ambos deberá superar colisiones de protagonismo y diferencias estratégicas.
3. La encuesta como arma de doble filo
El mecanismo funciona solo si todos aceptan el resultado. Si no hay disciplina interna, podría convertirse en un detonante de nuevas rupturas.

¿Alianza real o jugada estratégica?
La pregunta de fondo es si esta posible unión es un proyecto electoral sólido o una maniobra para moldear la opinión pública.
Aunque es pronto para afirmarlo, la contundencia del mensaje de Maria Fernanda Cabal indica que no se trata de un gesto simbólico. Hay una intención clara de buscar una salida por el bien de Colombia y cerrar filas cuanto antes para evitar que la izquierda llegue más organizada y fuerte a 2026.

La alianza Leona-Tigre podría transformarse en un movimiento capaz de reordenar el tablero político de la derecha… o en una explosión mediática sin estructura interna si no logran sostener acuerdos reales.
Al cierre del artículo aún hay silencio, institucional, en el Centro Democrático, pero crece el ruido en el país frente a si ¿se unen la Leona y el Tigre? Aún nada está definido. Aunque por los trinos, al parecer, al presidente Álvaro Uribe la idea no le gusta, pero también es cierto que en política se anochece de una forma y despertamos con algo nuevo.




































