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María Fernanda Cabal sigue en el repunte: ¿por qué sigue como favorita y qué la distingue?

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Por Lola Portela

La más reciente medición política nacional trajo una confirmación dentro y fuera del Centro Democrático. María Fernanda Cabal, senadora y figura clave del uribismo, no solo consolidó su liderazgo interno —ubicándose en primer lugar dentro del partido, seguida de Paloma Valencia— sino que, según una encuesta realizada por otra campaña presidencial, ocupa el quinto lugar entre cien precandidatos de distintos movimientos políticos.

De acuerdo con ese sondeo, las primeras posiciones nacionales están encabezadas por Abelardo De la Espriella, Iván Cepeda, Sergio Fajardo y Vicky Dávila, seguidos de María Fernanda Cabal, quien se destaca por figurar en el “top 5” sin haber sido aún proclamada como la candidata oficial del Centro Democrático.

En la disputa interna del partido, el padre de Miguel Uribe Turbay figura en el tercer lugar, lo que refleja la competencia creciente dentro del uribismo por definir su carta presidencial para 2026.

Un ascenso sostenido en las encuestas y en redes

Estudios recientes de IA Electoral y del Observatorio de Mercadeo (ODEM) de la Universidad EAN coinciden en que Cabal mantiene una tendencia ascendente en intención de voto y presencia digital. En el ámbito interno del partido, los datos la proyectan con más del 60% de apoyo, superando a Paloma Valencia, Paola Holguín y otros nombres del uribismo.

En el ecosistema digital, Cabal domina la conversación política con una alta visibilidad orgánica y una comunidad activa en redes sociales, factor que según los analistas explica su capacidad para influir en la opinión pública más allá del electorado uribista tradicional.

Claves de su ascenso

  1. Coherencia discursiva: Cabal ha mantenido una narrativa firme en torno a la defensa de la vida, familia, la libertad individual, la propiedad privada, la economía libre, la seguridad es parte del poner orden en la casa, según su visión de país. Mensajes que conectan con una base conservadora que busca una voz firme, en la oposición política.
  2. Presencia regional: Su estructura política ha logrado presencia en casi todo el país: Antioquia, Valle del Cauca, Huila, Tolima, Boyacá y la región Caribe, territorios estratégicos en cualquier contienda nacional.
  3. Dominio digital: La senadora ha construido una comunidad en línea con gran capacidad de amplificación orgánica, superando a otros dirigentes del Centro Democrático. Las encuestas tradicionales también señalan que el bloque de indecisos sigue siendo alto y que muchos votantes podrían cambiar de rumbo o decidirse sólo en última instancia. Eso implica que aún hay camino por recorrer para transformar presencia digital o partidista en votos efectivos.
  4. Autonomía política: Su perfil independiente dentro del uribismo le ha permitido capitalizar simpatías de sectores inconformes con la actual dirección del partido.

Desafíos y perspectivas

Aunque los números la favorecen, Cabal tiene cómo convertir su fortaleza digital en respaldo electoral efectivo. Además, su discurso directo —aplaudido por unos, criticado por otros— la ha convertido en la figura con voz más fuerte en la oposición nacional.
La definición del mecanismo interno del Centro Democrático, todavía en debate, será clave para confirmar si María Fernanda Cabal logra consolidarse como la candidata única del partido, que podría llevarla a ser la primera mujer presidente de Colombia.

Y es que su aparición entre los cinco primeros puestos nacionales y el liderazgo indiscutible dentro del uribismo marcan un punto de inflexión en la contienda presidencial. A poco más de un año de las elecciones, María Fernanda Cabal emerge como una de las figuras más competitivas y mediáticas del panorama político colombiano.

Conclusión

El fuerte repunte de María Fernanda Cabal en las mediciones —tanto de intención de voto como de visibilidad digital— responde a una conjunción de factores: su consolidación como vocera del sector uribista, su capacidad para movilizar redes y territorio, y un contexto político que le permite capitalizar el descontento opositor. Si bien el camino aún es largo y no está garantizado que esa ventaja se traduzca en victoria, el escenario en el que se encuentra hoy la convierte en la figura a observar en la carrera presidencial de la derecha colombiana, que tal vez sea quien lleve una mujer a ¡“ordenar la casa”: Colombia!