Por Lola Portela
El lanzamiento de Miguel Uribe Londoño como quinto precandidato presidencial del Centro Democrático no logró opacar la fuerza política de María Fernanda Cabal. Tras el anuncio, comenzaron a circular encuestas virtuales en redes sociales y portales afines al partido, en las que la senadora arrasó en 9 de 11 consultas, consolidándose como la opción con mayor respaldo dentro de la militancia digital.
Aunque no se trata de estudios técnicos, el mensaje político es claro: Cabal mantiene una conexión real con las bases uribistas, algo que ninguno de los otros aspirantes ha logrado capitalizar con la misma contundencia. La senadora ha sabido posicionarse como la voz más firme en la oposición al gobierno Petro y como la carta más coherente con el legado del expresidente Álvaro Uribe.
Estos resultados no representan un estudio científico ni constituyen una medición avalada por firmas encuestadoras, pero son reveladores porque sí evidencian el impacto de Cabal en la militancia digital y en las bases del partido, que se han mostrado activas en la discusión interna sobre quién debería portar la bandera del Centro Democrático.
La irrupción de Miguel Uribe Londoño, pese a su presencia mediática y a la cercanía con el expresidente, ha generado dudas en el electorado del Centro Democrático. Por los comentarios en redes, muchos militantes interpretan su candidatura como un intento de imponer una figura sin el arraigo popular que sí demuestra Cabal en cada escenario, tanto digital como territorial.
El pulso interno apenas comienza, pero la señal de estas encuestas virtuales es inequívoca: la base uribista quiere a María Fernanda Cabal, y no parece no estar dispuesta a aceptar candidaturas sin el recorrido comprometido con el partido o sin la fuerza necesaria para enfrentar al petrismo en 2026, y los retos enormes de reconstrucción de país, ante el desastre en que quedaría Colombia.
