El homicidio de un conductor, nuevas amenazas por WhatsApp y cobros extorsivos han encendido las alarmas en Villanueva, Casanare, donde los taxistas han suspendido operaciones ante el miedo y la ausencia de respuestas oficiales.
Un ambiente de miedo, zozobra y creciente desconfianza envuelve al municipio de Villanueva, Casanare, tras el asesinato del taxista Maicol Labrador, de 30 años, y las amenazas que el grupo armado ilegal autodenominado Renacer ERPAC ha dirigido contra el gremio de transportadores.
La noche del sábado 29 de junio, Labrador fue asesinado en la vía que conduce al sector de Aguaclara. Según información preliminar, un pasajero que solicitó su servicio le disparó dentro del vehículo, el cual terminó impactando contra una propiedad cercana. El agresor logró huir del lugar sin ser identificado. La comunidad y sus colegas lo describen como un hombre trabajador, honesto y dedicado, lo que ha generado indignación al considerar su muerte como una posible ejecución con fines intimidatorios.
Este crimen ocurrió pocos días después de la circulación de un panfleto firmado por el grupo Renacer ERPAC, donde se lanzaban amenazas directas contra los taxistas de la región. El hecho ha sido interpretado por muchos como una señal de advertencia enviada por esta organización armada para marcar territorio.
Extorsión, amenazas y mensajes de terror
Lejos de detenerse, la intimidación continuó tras el homicidio. La noche del mismo sábado, transportadores de Villanueva fueron convocados a una reunión por alias “Andresito”, presunto cabecilla del grupo, en un lugar no revelado. Según audios difundidos en redes sociales y grupos de mensajería, el líder expresó su molestia por la baja asistencia y reafirmó sus amenazas.
En los mensajes, además, se detallan exigencias económicas: $750.000 por vehículo como cuota inicial, y una mensualidad de $250.000, bajo la amenaza de represalias violentas para quienes se nieguen a pagar. “Esto no es un juego”, se escucha en uno de los audios atribuidos al grupo.
La situación ha paralizado al gremio: taxistas y conductores de servicio público han suspendido sus actividades por miedo, dejando a la comunidad sin transporte formal y generando una crisis silenciosa de movilidad y seguridad.
Silencio oficial y exigencia de respuestas
Pese a la gravedad del caso, las autoridades locales y regionales no han emitido un pronunciamiento oficial contundente sobre los hechos, ni sobre las exigencias económicas ni la identidad de los responsables. Este silencio ha incrementado la sensación de desprotección entre los conductores y sus familias, que temen por sus vidas.
En respuesta a la creciente presión social, el secretario de Gobierno de Casanare, Julio Ramos, informó que, tras un consejo de seguridad realizado en Villanueva, se ha fijado un plazo hasta el 17 de julio para que las autoridades entreguen un informe detallado que determine si Renacer ERPAC es un grupo terrorista emergente o una estructura de delincuencia común organizada.
Mientras tanto, en las calles de Villanueva reina el miedo. El gremio de conductores permanece detenido, y el transporte público, paralizado. La ciudadanía, por su parte, exige acciones inmediatas que frenen la violencia y devuelvan la seguridad a un municipio atrapado entre el silencio y las amenazas.
