Por Lola Portela
El sicario que atentó contra la vida del precandidato presidencial Miguel Uribe se mantuvo siempre cerca, al acecho, como quien espera pacientemente el momento exacto para actuar, es lo que muestran los diversos ángulos de las imágenes compartidas por asistentes al evento, a través de redes.
Durante un acto público en el que Uribe hablaba sobre políticas para personas con discapacidad, varios disparos interrumpieron abruptamente su intervención. El atacante, que se encontraba detrás del senador, le disparó directamente en la cabeza.
En medio del caos, el agresor huyó del lugar, pero fue reducido y capturado, en una vía cercana, hasta donde la comunidad presente y por miembros del esquema de seguridad del precandidato, lo siguieron.
Lo que resultó más sorprendente fue descubrir que el atacante era un menor de edad: un adolescente de apenas 14 años, sin antecedentes y ahora esta señalado por las autoridades como el autor material del atentado. Utilizó un arma de fuego calibre 9 milímetros mientras Uribe se dirigía, con un diálogos tranquilo, desprevenido, a los asistentes en la localidad de Fontibón, al occidente de Bogotá, la capital de Colombia.
En varios videos captados antes del ataque, se puede ver al adolescente merodeando cerca de Miguel Uribe, incluso mientras este compartía con la comunidad, y ofrecía su discurso. Llama especialmente la atención que el joven dialoga con una mujer cuya identidad aún no ha sido establecida, ni se ha determinado si está vinculada con los hechos posteriores.
Tras disparar, el adolescente intentó huir del lugar, como muestran las grabaciones de cámaras de seguridad del sector. Aparece herido en una pierna y cojea, es una carrera de persecución, por un buen trayecto.
Durante su captura, el menor gritaba desesperadamente: “Yo les voy a dar los números. Déjenme levantar y déjenme darles los números. Si no me sueltan, necesito darles los números”, aunque no reveló quién lo habría contactado o incitado a cometer el crimen.
Actualmente, el joven se encuentra bajo custodia de las autoridades en la Clínica Colombia, donde recibe atención médica. Investigadores de la seccional de fiscalías de Bogotá acudieron al centro médico para adelantar los actos urgentes y avanzar en su eventual judicialización ante un juez de menores.
Queda aún la duda de quién es la mujer que acompañaba al adolescente que cometió el delito.
