Por Lola Portela
Sin tener aún luz verde, por parte del Senado, para convocar a la Consulta Popular, el gobierno de Gustavo Petro ya empezó a promoverla, pero no sólo eso, está en campaña por el SÍ. Además, fortaleciendo la campaña electoral de 2026.
Lo primero fue que el ministerio del Interior, liderado por Armando Benedetti, lanzó una página web en la que los ciudadanos podían proponer preguntas y contactar a los senadores para que “apoyen la consulta popular”.
Además, el presidente Petro instaló los Comités Ciudadanos por el Sí a la Consulta Popular, que arrancaron en Soledad, Atlántico, desde donde el presidente Gustavo Petro lanzó un discurso más incendiario y divisorio que de costumbre. Y, hasta con madrazo a bordo para el presidente del Congreso Efraín Cepeda.

Los comités ciudadanos son espacios autónomos de organización social creados por la ciudadanía, pero en este caso están coordinados por el gobierno, que según dicen promueven, la pedagogía de la Consulta Popular y el análisis de sus 12 preguntas. “Su propósito es impulsar el voto afirmativo como una apuesta por las transformaciones sociales que requiere el país, las trabajadoras y los trabajadores”, argumentan en su justificación.
Y también afirman que “cada comité define su propio plan de trabajo, actividades y estrategias de financiación, lo que refleja la autonomía y el empoderamiento de un pueblo que ha decidido tomar la palabra y defender su derecho a decidir sobre el rumbo de la nación” .
Sin embargo, es como “ensillar el potro antes de comprarlo” Como quien dice ensillar la campaña, antes de tiempo. Por eso, se encendió el debate sobre si el gobierno puede o no promover el mecanismo, con miras a ganarse el “sí” del país. La línea legal sobre la que se mueve la promoción del gobierno es gris, y el gobierno lo está aprovechando.
Hay un espacio borroso entre promover un mecanismo y hacerle campaña, antes de que esté permitido. En este caso, cuando el Senado la apruebe.
El tema no para allí. ya que en el marco de un encuentro con líderes sociales en Yopal, Casanare, el ministro del Interior, Armando Benedetti, reconoció, el viernes 25 de abril, que el próximo 1° de mayo, cuando el presidente Gustavo Petro radicará en el Senado la consulta popular, arrancará la “mini reelección” del primer mandatario.

Las declaraciones del ministro se dieron en el marco de la instalación de un comité de apoyo al “sí” en la consulta popular. Según Benedetti, esos comités son los llamados a instar a la ciudadanía a expresarse y “defender sus derechos”.
“La mini reelección del presidente Petro es el 1° de mayo en la marcha que se va a hacer y en la consulta popular una vez que pase en el Senado de la República. Estos comités tienen, en principio, la primera retención de que el Senado entienda que hay una ciudadanía que quiere expresarse, hablar y defender sus derechos. Lo que sucedió en el Senado es algo que nunca antes había pasado”, manifestó el funcionario, refiriéndose a la no aprobación de la Reforma Laboral.
Sin embargo, ante la controversia por el alcance de sus declaraciones, Benedetti corrigió y aseguró que lo que quiso decir es que se trata de que “se le oiga al pueblo” frente a las reformas.
“No estoy hablando de mini reelección hablando como releección, sino que ese anhelo de que las reformas sociales sigan hacia adelante es con la voluntad de que se le oiga al pueblo. El pueblo es el poder supremo que está por encima del Congreso y del mismo Ejecutivo”, manifestó.
Cabe precisar que el primer mandatario ha negado en repetidas ocasiones tener intenciones de quedarse en la Presidencia de Colombia por más tiempo del estipulado en la Constitución Política. No obstante, asegura que espera que alguien afín a su proyecto político lo reemplace.
También vale la pena preguntarse ¿de dónde sale el dinero para ir a cada lugar a instalar los comités? Y, pues pagan los colombianos. No hay dinero para invertir en la salud, en la educación, pero hay para campaña.
¿Promover o hacer campaña?
El ministerio del Interior puede promover cualquier mecanismo de participación ciudadana (plebiscito, consulta, elecciones, etc). Puede hacerlo siempre y sin que exista sobre la mesa una propuesta puntual. Esa facultad existe porque “promover la participación ciudadana en asuntos políticos” hace parte de sus objetivos establecidos en las funciones del Ministerio. Tan es así, que tiene una dependencia dedicada exclusivamente a la “Democracia, Participación Ciudadana y Acción Comunal”.

La delgada línea entre informar y hacer campaña por el “sí”
“El problema es entender cuándo denominamos algo ‘campaña’. Porque la campaña, propiamente, es ya para convocar a la votación. Una cosa es promover el mecanismo, y otra la campaña”, explica Frey Alejandro Muñoz, especialista en mecanismos de participación ciudadana de la Misión de Observación Electoral (MOE).

Y es que esa línea delgada y gris, arrancó desde la página web creada por el Mininterior desde donde se pedía promover para que los senadores voten a favor de la consulta. Y esto se asemeja a la regulación que existe para los candidatos que quieran lanzarse a la presidencia por firmas.
La norma dice que se puede promocionar que está recogiendo firmas, pero que no puede hacer campaña a la candidatura. Pero uno se pregunta, ¿y firmas para qué?, pues para ser presidente. ¿Y presidente por qué?, porque este es mi discurso. Pasa igual con la consulta porque yo estoy promocionando un mecanismo de participación ciudadana, ¿para qué?, pues para que la gente vote por el sí, explica Frey Alejandro Muñoz.
El lío de ensillar la campaña antes de tiempo
Las campañas a favor, en contra, o por la abstención a las consultas populares solamente pueden arrancar cuando el Senado, las asambleas, o los concejos dan el aval para su convocatoria, y el gobierno pone la fecha para su votación. Lo dice la ley que regula la promoción a la participación ciudadana:
“Desde la fecha en la que la autoridad competente determine, mediante decreto, cuándo se realizará la votación sobre un mecanismo de participación ciudadana, hasta el día anterior a la realización del mismo, se podrán desarrollar campañas a favor, en contra y por la abstención a cada mecanismo”, establece la norma.
Para arrancar las campañas existe otro requisito adicional, ya que quienes deseen organizarlas tienen que notificar al Consejo Nacional Electoral (CNE), para que la autoridad pueda hacerle seguimiento a su financiación.

No se puede promocionar un sí, ni un no, hasta que el evento (la Consulta) sea aprobado, en este caso por el Senado. Y, sólo una vez convocada es que la campaña puede inscribirse, ante la autoridad electoral, porque ella es la que va a controlar el gasto. El CNE fija los topes de financiación a esas campañas. Para 2025 quedó en $6.4065.752.553 pesos.
¿De dónde saldría la plata?
El gobierno nacional la tiene muy fácil porque podría llegar a coger recursos del rubro destinado para promover la participación.
La desventaja la tendrían los otros comités promotores de la abstención, y del no, porque tienen que conseguir la plata. Otra pregunta es ¿con el recorte de 600 millones que le hicieron al CNE, será que esa entidad puede hacer esta elección, que no está programada?
El tema de la plata también entra en el terreno de la línea delgada y gris. Como las campañas sólo pueden empezar una vez la consulta es convocada, la plata para “promoverla” mediante una página web, y para los comités, no entra en la contabilización de esos topes.
Políticamente, este matiz de consulta está siendo aprovechado por el Gobierno. Si el Senado aprueba la Consulta, el Gobierno ya se le anticipó a la oposición, que tendría que llamar a la abstención, como ya lo anunció Cambio Radical, por ejemplo. Esa estrategia le juega a que la consulta no logre el umbral necesario de más de 13 millones de votos.
En ese escenario, la promoción estatal del mecanismo, por donde se le mire, llama a votar por el “sí”. Es decir, favorece la posición del gobierno Petro. Y, lo podría hacer, por fuera de los topes de financiación de los Comités.
También hay línea gris entre promoción de la consulta y promoción del “sí”: “En cada rincón del país debe haber un comité promotor del sí a la Consulta Popular”, dijo el presidente Petro en un encuentro con líderes de juntas de acción comunal, y lo reiteró en Soledad, Atlántico. Sin la consulta aprobada en el Senado, no se deben empezar a crear Comités, sin embargo ya lo están haciendo.
Es decir, ya varios congresistas, se mueven entre la línea delgada de la promoción y la campaña por el “sí”. Es el caso de la iniciativa del representante del Pacto Histórico, Alejandro Ocampo, quien ya hizo un evento para la instalación de unos comités en el que participaron 308 personas de 29 municipios del Valle del Cauca.
Lo mismo ocurrió en Yopal, con David Racero, donde expuso las razones para respaldar la Consulta Popular, vendió el tema desde la desigualdad. Tocó las emociones de los colombianos, al enredar el asunto con algo tan sensible como la crisis en la salud que el mismo Pacto Histórico provocó.
La línea de ley está rota, porque escuchando a los promotores de la Consulta, piden votar por el SÍ. Y no sólo eso, por ejemplo, David Racero en su encuentro en Yopal afirmó: “Obvio que lo que estamos haciendo aquí es mirando el 2026…obvio que nosotros ponemos como fin la consulta popular”. Y agregó: “nosotros como actor político también sabemos que aparte de este fin inmediato, hay otro fin que es la continuidad de este proyecto en el 2026, porque Colombia sabe que para cambiar un país secuestrado, por los mismos de siempre; por décadas no bastan 4 años, sino que necesitamos 4 más, y tal vez 8 ó 12, para cambiar el estado por dentro” Y al final dice: “Vamos a decirle sí a la consulta popular, sí la presidente Petro, sí al gobierno del cambio”.
