Por Lola Portela
En Colombia, desde septiembre de 2024 hasta la fecha, se han confirmado 75 casos de fiebre amarilla y 34 muertes. La mayoría de los casos se han concentrado en el departamento de Tolima. Por esta razón, el presidente Gustavo Petro decidió declarar la emergencia económica y sanitaria en el país. Y, en una declaración urgente y enfática, el presidente anunció una movilización nacional contra la fiebre amarilla, y dijo que “en dos meses toda la población colombiana debe estar vacunada contra la fiebre amarilla. Debemos hacerlo y nuestro sistema de salud debe garantizarlo”. Sin embargo, la decisión del mandatario y algunas aseveraciones sobre el brote, han sido criticadas y desmentidas por expertos.
Y es que el jefe de Estado afirmó: “el calor en aumento de las atmósfera ahora hace que el mosquito –Aedes aegypti, hembra adulta– suba las montañas, pase los páramos y puede penetrar en las ciudades, incluída Bogotá” y que “el turismo de semana santa puede llevar los mosquitos a Bogotá y las grandes ciudades”.
Además, según el presidente Gustavo Petro, el brote está vinculado a los efectos de la crisis climática, que ha permitido que el mosquito transmisor alcance zonas más altas y urbanas, como la capital, Bogotá.

La medida busca “frenar la expansión” de un virus que, aunque históricamente ha estado limitado a zonas selváticas, ha comenzado a afectar regiones templadas del país, por eso el gobierno emprendió la campaña: “La prevención es fundamental. La vacuna existe y la tenemos”, aseguró el mandatario. “Todo consiste en ganarle en velocidad al mosquito”, precisó Petro.

Y, en ese contexto, la estrategia del Gobierno Nacional se sustentará en tres pilares: el sistema de salud, las Fuerzas Armadas y el magisterio. Por eso ordenó que todo soldado, maestra y maestro del país estén vacunados “cuanto antes”, y convocó a estas tres fuerzas a convertirse en ejes de lo que calificó como una “Campaña por la Vida”.
Sin embargo, al hablar con expertos internacionales sobre la Fiebre Amarilla, nos aclararon que la fiebre amarilla no es contagiosa de persona a persona. Y el tratamiento que se le está dando, en Colombia, es como si fuera una pandemia, y no lo es: “Se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados. La enfermedad se propaga cuando un mosquito infectado pica a una persona, transmitiendo el virus de la fiebre amarilla. No se transmite por contacto personal, objetos o la leche materna”.
¿Qué contraindicaciones tiene la vacuna de la fiebre amarilla? consultamos si indiscriminadamente las personas se pueden aplicar la vacuna contra la fiebre amarilla, y resulta que esa vacuna está contraindicada, así:
- Niños menores de 6 meses de edad
- Personas con antecedentes de alergia a componentes de la vacuna, como huevo, gelatina o proteínas de pollo
- Personas con enfermedades o tratamientos que afecten el sistema inmunológico, como:
- VIH sintomático
- Neoplasias malignas
- Trasplantes de órganos
- Radioterapia
- Quimioterapia
- Corticoides
- Inmunodeficiencias congénitas o adquiridas
- Leucosis, linfomas
- Miastenia gravis
- Síndrome de DiGeorge
- Personas con antecedentes de reacción alérgica grave a una dosis anterior de la vacuna

¿Qué síntomas presenta la Fiebre Amarilla?
La enfermedad puede no mostrar síntomas en algunos casos y, en muchos otros, presentar cuadros leves, pero también puede ser grave, dependiendo de cada organismo y de la atención que se brinde, al presentarse síntomas . En los casos graves, alcanza una letalidad de entre el 30% y el 60%., pero se dan por falta de atención y medicación al paciente
El periodo de incubación, tras la picadura de un mosquito infectado dura de tres a seis días. Después comienza la etapa de infección, en la que los síntomas más comunes son:
- Fiebre alta (39º-40º) de aparición súbita
- Dolor muscular -sobre todo en la zona lumbar-
- Cefalea (dolor de cabeza)
- Escalofríos
- Falta de apetito.
También puede haber náuseas, vómitos, fatiga extrema, estreñimiento, irritabilidad, enrojecimiento del rostro y de las conjuntivas y, con frecuencia, hemorragias de las encías y de la nariz, esto cuando la enfermedad ya avanzó. Se suele presentar el signo de Faget (pulso rápido al principio pero conforme la fiebre sube este se enlentece, algo contrario a lo habitual).
“Los anteriores síntomas suelen desaparecer al cabo de tres o cuatro días ―etapa de remisión―. No obstante, un pequeño porcentaje de personas ―un 15%”, según la Asociación Española de Pediatría (AEP)― presentan de nuevo una elevación de la temperatura corporal, pero manteniendo el pulso lento. “En estos casos a los 4-5 días los pacientes empeoran y presentan ictericia, hipersensibilidad gástrica, hematemesis (vómitos hemorrágicos), oliguria (menor cantidad de orina), petequias (pequeñas manchas hemorrágicas en la piel), confusión y apatía”, precisan.
Y agregan: “La infección es más habitual durante los meses cálidos, húmedos y lluviosos en América del Sur y, al final de las estaciones lluviosas y en los inicios de secas, en el continente africano, en zonas selváticas y de bosques. La fiebre amarilla puede prevenirse mediante la vacunación y una sola dosis garantiza la protección de por vida, pero no es necesaria aplicarla a toda la población, se recomienda sólo si hay exposición, pero teniendo presente que hay contraindicaciones precisas, ya mencionadas, afirma la Asociación Española de Pediatría (AEP)
Según la OMS, la mitad de los casos graves fallecen en un plazo de siete a diez días. El resto de las personas se recupera sin lesiones orgánicas importantes.
Expertos precisan que la campaña que sugieren hacer en Colombia es injustificada, sólo es un distractor, frente a temas muy graves del país. Y según la mirada de muchos, dado que las cifras son normales; “la mortalidad obedece con certeza a la ineficiencia en la prestación y atención prioritaria a los pacientes, en los servicios hospitalarios, que vive Colombia”.
La atención médica en Colombia con el sistema de salud intervenido por el Estado empeoró. Eso no es secreto. Además, como mecanismo de prevención, siempre ha dado resultado, la fumigación, evitar estanques o aguas detenida, para evitar la propagación del mosquito.
Y, ya vacunados contra las imprecisiones del Estado, vale la pena preguntarse: ¿Quién gana, quién(es) estará detrás de la insistencia de vacunar a todo el país? ¿Estaremos frente a otra oleada de “puro humo” distractor?