Por Lola Portela
Confirmaron la liberación de los 28 policías y militar que estuvieron más de 40 horas secuestrados en El Plateado
Los uniformados estuvieron privados de la libertad desde el 6 de marzo de 2025, luego de que la comunidad los retuviera en una hacienda, por presuntos engaños de los grupos armados de la zona.

La información fue confirmada por el ministro del Interior, Armando Benedetti, que celebró la liberación de los secuestrados en sus redes sociales. En ese sentido, sostuvo que su puesta en libertad fue el resultado de un trabajo en conjunto entre su cartera, el Ministerio de Defensa, las Fuerzas Militares, Policía Nacional y la Defensoría del Pueblo de Cauca, entre otros.
El nuevo ministro de Defensa de Colombia, Pedro Sánchez sobre la situación expresó: “Aquí, los únicos que pueden hacer retenciones son las autoridades legítimas, acorde a la Constitución y la ley. Nadie puede tocar a un servidor público, retener a una persona”, indicó el jefe de cartera desde Popayán.
Y agregó: “El delito del secuestro fue cometido tal como lo dice la constitución y la ley. La justicia hará lo suyo”.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo, publicó una imagen de los secuestrados y envió un duro mensaje a los grupos armados que tienen presencia en la zona, exigiendo respeto por los derechos humanos de los colombianos.
“Con gran emoción confirmamos la liberación de los policías y miembros de la Fuerza Pública en El Plateado, Cauca. Exigimos el respeto integral del DIH para evitar que la situación en El Plateado se siga deteriorando”.

El hecho de que los 29 uniformados hayan sido liberados por sus captores ha sido interpretado de diversas maneras. Para algunos, esta liberación es un gesto humanitario que podría abrir nuevas puertas hacia el diálogo con los grupos armados ilegales, los cuales, a través de este tipo de acciones, han señalado su disposición a negociar con el gobierno colombiano.
Sin embargo, desde otras perspectivas, esta liberación también puede ser vista como parte de una estrategia de presión, por parte de los grupos armados ilegales. El secuestro y posterior liberación de los uniformados pueden ser utilizados para ganar legitimidad ante la opinión pública, demostrar su capacidad de negociación, y presionar al gobierno para que acceda a sus demandas. No debemos olvidar que, en muchas ocasiones, los grupos armados han utilizado a los secuestrados como una herramienta de negociación para obtener ventajas políticas o militares.
El Rol del Gobierno y las Reacciones Sociales
Benedetti, dijo que: “Este logro es resultado del liderazgo del presidente Gustavo Petro, quien ha priorizado el diálogo y la coordinación interinstitucional para proteger la vida y garantizar la seguridad en los territorios. ¡La vida y la dignidad de los colombianos están por encima de todo!
El Impacto en la Seguridad en el Cauca y el País
Aunque la liberación de los 29 uniformados ha sido celebrada como un avance en términos humanitarios, la situación de seguridad en el Cauca sigue siendo una preocupación central.

La región continúa siendo un importante foco de violencia y confrontación entre el Ejército, la Policía y diversos grupos armados ilegales, que no sólo buscan controlar el territorio, sino también explotar los recursos naturales y las rutas del narcotráfico.
En medio de ese contexto de creciente violencia en el departamento del Cauca, el ministro del Interior de Colombia, Armando Benedetti, anunció que no se llevará a cabo la erradicación forzada de los cultivos de coca en la región del Micay.
Cabe anotar que, de acuerdo con el Informe de Monitoreo de Cultivos Ilícitos 2023 publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el Cauca sigue siendo uno de los departamentos con mayor concentración de cultivos de coca en Colombia, aunque las cifras específicas pueden cambiar dependiendo de las fuentes consultadas.
Y según ese informe del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI) de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en 2023 se registraron 253.000 hectáreas de cultivos de coca en Colombia, lo que representó un incremento del 10% en comparación con las 230.000 hectáreas reportadas en 2022.

Además, se estimó que la producción potencial de cocaína aumentó un 53% entre 2022 y 2023, alcanzando las 2.664 toneladas.
Aunque los datos oficiales más recientes corresponden a 2023, algunos analistas sugieren que al finalizar 2024, la superficie sembrada con coca podría haber superado las 300.000 hectáreas, en el país.
Factores que influyen en la cantidad de cultivos de coca en el Cauca:
Clima y geografía: El Cauca, debido a su diversidad geográfica y climática, ofrece condiciones propicias para el cultivo de la coca, especialmente en las zonas rurales y montañosas donde se desarrollan cultivos ilícitos.
Violencia y presencia de grupos armados: La región está marcada por la presencia de grupos armados ilegales, incluidos las disidencias de las FARC, que se benefician de la producción y el tráfico de cocaína. Estas organizaciones a menudo controlan las áreas donde se desarrollan los cultivos, lo que dificulta su erradicación.
Programas de erradicación y sustitución de cultivos: Los gobiernos colombianos anteriores habían implementado programas de erradicación forzada y sustitución de cultivos para reducir la producción de coca. Sin embargo, actualmente la implementación de estos programas ha sido desigual y muchas veces interrumpida por la violencia de los grupos armados y la resistencia de los campesinos que dependen económicamente de estos cultivos.
Y este punto toma relevancia con las declaraciones realizadas por Benedetti, el funcionario afirmó que esta medida será reemplazada por un enfoque de erradicación voluntaria, con el objetivo de evitar mayores tensiones con la población local y los campesinos afectados.
Según explicó el ministro del Interior, el gobierno optó por un modelo basado en la erradicación voluntaria y la compra de cultivos de coca, incluyendo sus raíces, como parte de una estrategia integral para transformar el territorio. Este anuncio busca desmentir rumores que, según Benedetti, fueron difundidos por grupos criminales con el objetivo de desinformar a la población.
El funcionario enfatizó que no existe ninguna directriz oficial que contemple la erradicación forzada de cultivos ilícitos en la región. Según sus declaraciones, los rumores sobre esta medida fueron propagados por organizaciones como la Segunda Marquetalia, el grupo de Carlos Patiño y el ELN, que, afirmó, han manipulado a los campesinos con información falsa.
“Ellos han manipulado, han engañado a la población diciendo que va a haber una erradicación forzosa y no la hay. No se va a tocar ninguna de esos cultivos de forma forzada. Todo será voluntario”, aseguró el ministro del Interior en su mensaje.

Por su parte, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, resaltó que las Fuerzas Militares y la Policía Nacional están alineadas con esta política y tienen instrucciones claras de respetar y proteger a los campesinos de la región.
Según el funcionario, el objetivo principal es garantizar la seguridad de los habitantes y abrir espacios para que las instituciones del Estado puedan llevar servicios esenciales como salud, educación y oportunidades de empleo digno. “Nuestra fuerza pública está para abrir el espacio para que ingresen todas las instituciones del Estado y lleven paz, lleven vida a través del trabajo digno, a través de la salud, de la educación y el progreso”, afirmó Sánchez, en medio de las negociaciones para lograr la liberación de los 29 secuestrados.
Lo cierto es que el futuro del Cauca y de Colombia depende de la capacidad de las instituciones para desactivar la violencia, garantizar la seguridad en las regiones más afectadas y, sobre todo, reconstruir la quebrantada confianza de la sociedad colombiana hacia el Estado actualmente.

Solo así se podrá asegurar que eventos como la liberación de los 29 miembros de las Fuerzas Armadas no sean solo otro gesto simbólico, una manipulación o una estrategia política, sino el inicio de un proceso de transformación profunda y sostenible en la región.