La reciente visita del príncipe Harry y Meghan Markle a Colombia desató un torbellino de reacciones en la política interna, como externa y por diferentes temas que ocuparon líneas hasta de la prensa internacional.
Es así como el famoso periodista británico Piers Morgan, escribió un artículo muy fuerte ridiculizando a Francia Márquez y señalando a Gustavo Petro de corrupto, y vínculos con narcotraficantes.
Aquí está el artículo completo:
“Mi reseña teatral favorita de todos los tiempos fue sobre una obra llamada: ¿Por qué? El crítico escribió una palabra: “Exactamente”. Pensé en esto cuando escuché que el duque y la duquesa de Sussex se embarcarán en una gira de cuatro días por Colombia este jueves.
Acuden por invitación de la primera vicepresidenta negra del país, Francia Márquez, quien dijo con entusiasmo que el dúo real renegado “tiene la oportunidad excepcional de interactuar con ancianos, jóvenes y mujeres que encarnan las aspiraciones y las voces de los colombianos… e iluminar el papel de Colombia como un faro de cultura e innovación”.
Meghan y Harry no son verdaderos miembros de la realeza hoy en día. No cumplen ninguna función real para la institución que les confirió sus títulos: simplemente llenan sus bolsillos con dinero en Estados Unidos criticando constantemente a sus familias y a la monarquía en los medios.
Entonces, ¿qué les da derecho a pavonearse por el mundo pretendiendo ser miembros de la realeza, en visitas cuasi oficiales?
Hay tantas cosas mal en esto. En primer lugar, la ridícula hipocresía de ir a uno de los lugares más peligrosos del mundo (los sitios web de los gobiernos del Reino Unido y de los EE. UU. advierten a los viajeros a Colombia sobre el elevado riesgo de terrorismo, secuestro, violación y robo) después de todas las quejumbrosas demandas de Harry de seguridad real financiada por los contribuyentes cuando venga al Reino Unido para “proteger a su familia”.
En segundo lugar, su decisión de ir a apuntalar a un gobierno colombiano que ha estado plagado de escándalos desde que llegó al poder.
El presidente Gustavo Petro, un socialista radical que alguna vez luchó en un grupo guerrillero rebelde, ha visto a su ministro de Relaciones Exteriores suspendido por presunta corrupción, a su hijo Nicolás acusado de embolsarse dinero de los narcotraficantes destinado a la campaña presidencial de su padre, y a su hermano Juan acusado de buscar pagos de narcotraficantes encarcelados a cambio de beneficios judiciales del gobierno.
Petro también enfrentó acusaciones recientes de haber engañado a su esposa con una presentadora de televisión transgénero.
En cuanto a su vicepresidenta, ha habido un creciente enojo público por su hipocresía al ser ministra de igualdad de Colombia y al mismo tiempo utilizar helicópteros de lujo, como taxis, y gastar millones en una nueva casa donde ahora vive en lugar de su residencia oficial.
El político opositor Miguel Polo Polo publicó en X: “Francia Márquez es el mayor fraude en nuestra comunidad negra. “Lleva dos años en el cargo y no ha hecho nada, sólo hacerse la víctima y viajar en helicópteros”. ¿Te suena familiar? Pero lo que más me molesta es la ilusión de los Sussex de que pueden, de alguna manera, operar como una familia real rival en el escenario global, disfrutando de todos los beneficios de ese estatus real, pero sin necesidad de cumplir con sus obligaciones para con su Rey y su país.
Es completamente inaceptable e insostenible que miembros distanciados de la Familia Real realicen viajes oficiales como éste.
El Rey debería despojar a Meghan y Harry de sus títulos que intercambian tan cínicamente, y ordenar a los funcionarios del Palacio que digan a los jefes de gobiernos extranjeros que deben dejar de emitir invitaciones turísticas formales de esta naturaleza a esta codiciosa pareja de dos caras que quiere tener su pastel real y comérselo”. Finaliza el artículo de Piers Morgan.
