Por Lola Portela
El Chavismo, continuado por Nicolás Maduro, ya agotó al pueblo venezolano. Prueba de ello son los arrolladores resultados electorales a la presidencia, del pasado 28 de julio: todo un pueblo, un país, esta contra Nicolás Maduro. Esas pruebas, de esos votos, ya fueron expuestas a la opinión pública, hasta en redes, por la Oposición, como evidencia de la voz de ese pueblo que no desea el continuismo de Maduro.
Además, también es muy disiente la destrucción de cada estatua de Hugo Chávez, a quien los miembros del régimen de Maduro y muchos seguidores, incluso colombianos, ven aún como un dios.
Y, en medio de esta crisis en el vecino país, se despertó un tsunami de críticas contra el gobierno de Gustavo Petro por su postura frente a los hechos que están ocurriendo en Venezuela y ante la OEA.
Gabriel Silva exministro de defensa y exembajador de Colombia en Estados Unidos dice que primer mensaje de Petro contra elecciones en Venezuela “fue camuflaje para su complicidad con lo que está ocurriendo”. Y habló de “petrismo cómplice”.
Sin embargo, tal parece que el “silencio” ha sido púbico porque el dictador Nicolás Maduro, en una rueda de prensa, desde el Palacio de Miraflores, el miércoles 31 de julio, dejó en evidencia que permanece en diálogo con Gustavo Petro, aún durante esta crisis:
“Yo tengo un buen nivel de diálogo y respeto por el presidente Petro y lo ayudamos en silencio a hacer la paz en Colombia, nunca opino de los asuntos internos de Colombia, nunca, ni me meto en las negociaciones, que pudiera hacerlo”, expresó Maduro.
Y agregó: “El presidente Petro, hombre honorable, serio, lo escucho mucho, estoy en diálogo con él, no voy a adelantar nada, sólo que estoy en diálogo con él y tuve la oportunidad de explicarle muchas cosas”, indicó el señalado líder del régimen de Venezuela.
Nicolás Maduro, aunque culpa y ordenó la detención de María Corina Machado y del ganador de las elecciones Edmundo González, provocó esta profunda crisis política en Venezuela, luego de ser acusado, públicamente, de robarse las elecciones presidenciales y es que hasta el CNE, que él maneja, lo proclamó como el presidente electo.
La “estrategia del fraude” se evidenció, y mundialmente, cuando el jefe de la campaña oficialista en Venezuela, Jorge Rodríguez, sugirió pocas horas después de cerrar las urnas que el presidente-candidato Nicolás Maduro ganó la elección presidencial frente al opositor Edmundo González Urrutia. Esas declaraciones fueron mucho antes de pronunciarse el CNE. Todo, lo ocurrido demostró que el propósito fue respaldar, ser cómplices, para que el dictador Nicolás Maduro continué atornillado al poder, por 6 años más.
Ante tales hechos el presidente de Colombia Gustavo Petro, se le vio muy en silencio público; por varios días. Hasta que primero compartió un mensaje en video de su Canciller de Colombia. Y después en su X se manifestó.
Sin embargo, poco a poco a roto su silencio, y a través de redes, le contestó a María Corina Machado un mensaje donde la líder venezolana se refirió a la postura del embajador de Colombia, ante la OEA.
Gustavo Petro, entonces, le respondió a Machado: “No es un gobierno extranjero el que debe decidir quién es el presidente de Venezuela. Es a los venezolanos a quienes corresponde llegar a un acuerdo político para que cese la violencia en su país y establecer la forma transparente como se pueda adelantar un escrutinio con garantías para todos”, indicó Petro.
El exministro Gabriel Silva resume lo que muchos colombianos le expresan a Gustavo Petro. Y en ese contexto dijo que Colombia tuvo la “fugaz esperanza de que Gustavo Petro se solidarizara con el pueblo venezolano ante la represión chavista. Ya sabemos que Petro ha estado en contacto permanente con Nicolás Maduro y su tuit fue solo un camuflaje para su complicidad con lo que está ocurriendo”, manifestó el diplomático, quien calificó lo sucedido como “petrismo cómplice”.
La Cancillería de Colombia también emitió un comunicado aclarando la controvertida decisión de abstenerse de apoyar o rechazar la resolución del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) que exigía al Gobierno de Venezuela la publicación inmediata de los resultados de las recientes elecciones presidenciales.
No es un secreto que hasta internacionalmente tanto Gustavo Petro, como los miembros del Pacto Histórico han admirado, adulado, y usufructuado al chavismo desde sus inicios.
Por eso, es evidente que hoy miran para el otro lado, ante la tremenda represión violenta contra el pueblo, por parte de la Guardia Nacional Bolivariana, GNB, quienes, por orden directa de Nicolás Maduro, hasta buscan en sus hogares a los líderes de la oposición y a los Testigos Electorales para llevarlos detenidos.
Y es que más allá del evidente fraude electoral, Nicolás Maduro y sus compinches, están dando un espectáculo directo de lo que es un golpe de estado, contra la masa de los electores de Venezuela, quienes votaron abrumadoramente para decirle al régimen que desean una verdadera democracia.