Juliette De Rivero, representante en Colombia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, alertó por el aumento de violencia contra defensores de derechos humanos en Arauca.
Según la organización, desde el inicio del año hasta lo corrido de junio, se han recibido 8 alegaciones de homicidios de personas defensoras de derechos humanos, de las cuales, ya se han verificado 6 casos.
Y es que la violencia aumenta cada día, a través asesinatos, secuestros o la extorsión en este territorio. Los últimos casos corresponden a dos hombres identificados como Jorge Cisneros y Víctor Julio Mosquera, cuyos cuerpos fueron encontrados en la vereda de Barrancones del municipio de Arauca. Según las primeras versiones uno de ellos había sido secuestrado, en la capital araucana.
Las autoridades llegaron hasta el sector de Barrancones y realizaron el respectivo levantamiento de los cuerpos. Y ahora investigan para esclarecer los hechos, aunque la mayoría de los casos, en esta región, quedan engavetados.
Por todo, Juliette De Rivero, reiteró su llamado por el respeto de la vida, al derecho internacional humanitario y la vida de la población civil, víctima de la guerra en Arauca.
“Nos preocupa la violencia que se ejerce contra personas defensoras de derechos humanos pero, en particular, la situación de amenazas contra personas que representan a las asociaciones comunales en los municipios de Arauca, que sufren el hostigamiento, las amenazas, los homicidios y que incluso en algunos casos han tenido que suspender sus actividades”.
En esa zona del país, según reportó la ONU, también está afectada la economía campesina e indígena debido a los casos de restricciones a la movilización, a la recolección de leche en varios municipios y las prohibiciones a la contratación de personal para la recolección de productos, por parte del actor armado.
“Los actores armados de Arauca deben mostrar su compromiso con la paz, respetando los derechos de las víctimas, y des escalando toda esta violencia que afecta a la población, a los liderazgos sociales y en particular a las mujeres defensoras de derechos humanos”, señaló De Rivero, luego de su visita a Arauca.
Esta es una zona compartida por Colombia y Venezuela, los asesinatos selectivos y una disputa intensificada entre el ELN y una facción disidente de las FARC, es una de las razones. Allí se miden el pulso por el control territorial. Allí no manda ningún gobierno, ni Colombia, ni Venezuela.
En la frontera por el Arauca hacen presencia grupos armados, como el Frente Domingo Laín del ELN, el Frente Décimo Martín Villa, conformado por disidencias de la extinta FARC-EP (antiguos Frente 10 y 45), además de un segundo grupo llamado “Nuevo Ejército del Pueblo”, conformado también por un grupo de excombatientes FARC-EP. Unido a ello, según el sistema de alertas tempranas de la Defensoría, también existe presencia de las denominadas “Águilas Negras”, Autodefensas Gaitanistas de Colombia -AGC-, además del cartel de Sinaloa con rutas de narcotráfico desde el Guaviare para sacarlos por la frontera de Arauca, sabanas de Cravo Norte, para al Estado Apure Venezuela.
Y existen investigaciones sobre la anuencia entre militares venezolanos y actores armados colombianos para el contrabando de la gasolina, ganado y alimentos. Además, por parte de los grupos armados, el tráfico de armas, personas y narcotráfico.
En el último informe de Human Rights Watch, HRW, la organización no gubernamental dedicada a la investigación, defensa y promoción de los derechos humanos se señalaba, cómo hasta para el paso del río hay que pagar un impuesto a los grupos ilegales.
Según el sistema de alertas tempranas de la Defensoría del Pueblo, se debe tener en cuenta que en este momento existe un debilitamiento del pacto de no agresión entre el ELN y las disidencias, pues hay uso de minas antipersona, presiones a las comunidades y a líderes sociales. Unido a ello se presenta el reclutamiento forzado de menores de edad, además de vinculación de migrantes venezolanos a los grupos armados ilegales.
No en vano afirman que Arauca es una república tomada por los grupos armados.