El Banco de la República para 2024 manifiesta que se espera un incremento moderado entre 9.3% y 12.4%, lo que significa que miles de colombianos emprenderán.
El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) en la reconocida encuesta especializada en Micronegocios, llamada EMICRON, asegura que existen 3.8 millones de micronegocios en todo el territorio nacional y agrega que, en el tercer trimestre de 2023, la cantidad de micronegocios aumento 1.5% en comparación con el mismo período del año anterior, dichos micronegocios pertenecen 37.5% a mujeres y 62.5% a hombres.
En Colombia un microcrédito de apenas $1.350.000 marca la diferencia, para que una mujer pueda capitalizar su negocio y si no los tiene tomar la dolorosa decisión de cerrar.
Esa es la conclusión de un sondeo realizado por la reconocida cooperativa de ahorro y crédito Fincomercio, para establecer el comportamiento de los créditos de bajo monto en la población femenina, como una forma de rendir homenaje a la fuerza y el liderazgo de ellas en este mes de marzo, que históricamente celebran su día.
Lo bueno: el uso del microcrédito por parte de las mujeres
Siete cifras dejan al descubierto el nivel educativo de las microempresarias 53% bachiller, 15% profesional, 13% técnica, 11% solo tiene primaria, 4% tecnóloga, 3%, cursos no formales y solo 1% tiene especialización.
Lo anterior, no es obstáculo para que miles de mujeres elijan el microcrédito como su herramienta de financiación para hacer empresa, generar empleo y construir su libertad financiera. En ese sentido, el sondeo revela varios hallazgos que van desde: el monto mínimo, máximo y promedio que solicitan las microempresarias para fortalecer sus negocios cuando ya llevan un año de existencia, el estrato al que pertenecen y su ubicación geográfica.
En cuanto a la cantidad solicitada por las microempresarias el monto promedio es $8.100.000, el monto mínimo es $1.350.000 y el monto máximo es $26.000.000. Respecto al plazo, lo mínimo son 6 meses y lo máximo son 56 meses.
49% pertenece a estrato 3 y 32% están ubicadas en 2. En estrato 1 está el 14%. Al revisar los estratos 4, 5 y 6 los 3 suman 5%.
Respecto a las solicitudes, Bogotá tiene el liderazgo con 83%, Cundinamarca 8%, Huila 8%, y Montería 1%.
Lo malo: los 5 miedos que paralizan a las mujeres
Este sondeo permite establecer el top 5 de miedos que dicen tener las microempresarias:
- Miedo a empezar desde cero
- Pavor al fracaso por falta de educación
- Temor al rechazo social
- Pánico ante la falta de capital
- Susto de incursionar en un sector con mucha competencia
“Lo realmente destacable es que las mujeres enfrentan sus miedos y hacen crecer sus negocios con microcrédito. Este recurso de financiación está disponible desde cualquier región del país con bajas tasas de interés, financiamiento desde 1 salario mínimo y proceso de solicitud flexible”.
Lo feo: las barreras del sistema para la mujer
Según los resultados, las mujeres enfrentan no solo sus propios miedos internos, sino también las barreras del sistema que dificultan su acceso a microcréditos. Por ejemplo:
- Inclusión financiera limitada: sea por falta de acceso o grandes requisitos.
- Ausencia de historial crediticio: falta de experiencia para demostrar su capacidad de pago.
- Tiempo dedicado al hogar: según la CEPAL, la mayoría de las mujeres dedica 7 horas diarias a las actividades domésticas y cuidado no remunerado, frente a 3.5 horas en los hombres.
- Machismo y patriarcado: actitudes sociales que subestiman su papel.
- Baja formación académica: dificultando el desarrollo de habilidades empresariales básicas.
- Falta de empoderamiento: dudan de su capacidad para liderar un negocio exitoso y controlar sus vidas financieras y empresariales.
- Desempleo: escasez de oportunidades laborales para demostrar experiencia y habilidades.
- Bajos recursos económicos: las mujeres dicen que sin dinero se sienten aisladas y carentes de redes de apoyo.
- Falta de experiencia laboral: asunto que resta puntos para la gestión efectiva del préstamo.
- Desconocimiento de las condiciones del crédito: la llamada letra pequeña puede llevar a decisiones financieras poco informadas y peligrosas para el negocio.
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