¿De qué estrato eres? es una pregunta peyorativa y molesta para muchos, pues esa frase desaparecería conforme a un decreto que propone eliminar estratos en Colombia.
El documento ya fue publicado para comentarios, por parte del Departamento Nacional de Planeación.
Y es que en Colombia los sectores residenciales están distribuidos en manzanas que son clasificadas por estratos sociales, pero se han convertido, con el tiempo, en el bastión de la injusticia y la desigualdad.
Ese ordenamiento de inmuebles por estratos fue instituido en 1985 para facilitar el acceso de toda la población a los servicios públicos básicos como el agua, la luz y el gas, independientemente de su condición monetaria, pero ahora tiene un uso completamente distinto.
Cuando se implementó no se idetificó que podría llegar a convertirse en un instrumento de discriminación, tanto para los ricos como para los pobres. El objetivo inicial era simplemente hacer un cobro diferencial de las facturas para asignar subsidios a unos y poner un sobrecosto o contribución a otros, como de hecho funciona el sistema, sin ningún otro miramiento que la fachada de un inmueble.
De esa manera, la vivienda se organizó en Colombia en seis estratos, entre los cuales, los tres primeros: bajo-bajo o 1; bajo o 2, y medio bajo o 3, hoy constituyen el 89,6% de los inmuebles, de acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
Esos tres estratos son los candidatos a subsidios, aunque a veces albergan a personas pudientes. Uno de esos casos es Yerbabuena, que se encuentra en la mejor zona de la sabana de Bogotá. Una zona con una de las mayores proyecciones de valorización. Se destaca su cercanía con Bogotá (20 minutos aproximadamente), y sus excelentes vías de acceso que lo comunican con la ciudad tanto por: La Autopista Norte, La Carrera séptima, La Calera o El Codito, y varias de esas propiedades figuran en estrato 1, para el tema de servicios e impuestos, por pertenecer todavía a “zona rural”.
En Colombia las familias que habitan en el estrato 4 son consideradas de clase media y las del 5 y el 6 son media alta y alta. En estas franjas está el 6,8% de las unidades habitacionales; mientras que hay otro 3,5% de viviendas que registran como piratas o de estrato desconocido, según le dice al Dane el encuestado.
Esa jerarquización se fue convirtiendo en un sello, no sólo para la vivienda, sino para otros asuntos, pues se suele relacionar el estrato al que pertenece el ciudadano con su forma de vestir, su actividad laboral, su ingreso y sus modales, entre otras características, y, en la mayoría de los casos, se utiliza de manera despectiva, tanto de un lado como del otro, según la zona en la que se habita.
En Colombia, los subsidios que se irrigan a la población necesitada aplican desde el estrato 3 hacia abajo y generan una alta inequidad. Es más, en ocasiones hasta promueven la falsedad y la corrupción. Sucede, por ejemplo, con los créditos educativos en el Icetex. Allí, los beneficios son otorgados, en teoría, a los estudiantes de menores ingresos. Implica pagar el crédito con intereses bajos y hasta condonación de las deudas, lo que lleva a que los avivatos se consigan recibos de servicios públicos del pariente más pobre o de la empleada que hace las labores domésticas en la casa y vive en estrato 1 para obtener las ayudas que ofrece el Estado con los recursos públicos.
En el caso de los apoyos estatales para el pago de servicios como la luz, en algunas oportunidades los reciben viviendas de estrato 3 que en el garaje tienen una fábrica de zapatos, actividad que, por demás, es altamente consumidora de energía.
Eso sin contar con que hay viviendas que valen una verdadera fortuna, pero están catalogadas en estrato 1, por ser bienes de interés cultural y reciben subsidios en la factura de la luz.
Bajo ese contexto, el director del Departamento Nacional de Planeación, Jorge Iván González, publicó el borrador del decreto que daría fin a los estratos en Colombia. El documento quedó sujeto a comentarios y la idea es que Registro Universal de Ingresos sea el organismo a cargo de revisar y otorgar los subsidios.
“Que el artículo 70 de la Ley 2294 de 2023 creó el Registro Universal de Ingresos (RUI), administrado por el Departamento Nacional de Planeación (DNP) con el propósito de que dicho Registro sea el único instrumento focalización de los subsidios, programas, políticas, planes, proyectos y servicios de la oferta social. Que la implementación de este instrumento único de focalización requiere de un proceso de transición del Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales (Sisbén) al Registro Universal de Ingresos (RUI), que garantice la continuidad en el funcionamiento de los subsidios, programas, políticas, planes, proyectos y servicios de la oferta social”, dice el documento.
“Que para la implementación del Registro Universal de Ingresos (RUI) como único mecanismo de focalización del Estado, es necesario contar con la información pública, privada y autodeclarada recopilada en el Registro Social de Hogares (RSH), así como generar capacidades técnicas y tecnológicas en las entidades del orden nacional y territorial, y estandarizar criterios para una adecuada interoperabilidad y automatización de procesos que permitan el manejo de altos volúmenes de información”, agrega el documento.
La iniciativa tiene el objetivo de focalizar mejor la entrega de los subsidios en el país. Colombia es el único territorio del mundo en el que su sociedad está clasificada, a través de criterios de “vivienda y aspectos poblacionales”, según el DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), el Gobierno del presidente Gustavo Petro le apostará a eliminar el sistema de estratificación para “superar la desigualdad económica del país” y así, otorgar con mayor certeza los subsidios a quienes por su condición de vulnerabilidad realmente los necesitan.