Las elecciones de Bogotá, Medellín, Barranquilla, Cali y hasta en San Andrés dejaron clara la posición política de la población y el petrismo quedó en la lona del ring electoral.
El país le dejó claro al Petro y sus seguidores que no tendrá chance de pelearle a la oposición. Las redes sociales no perdonaron la “quemada” y se burlaron de los resultados de las votaciones.
Las elecciones regionales se llevaron a cabo, con algunas excepciones, en todos los territorios del país y una gran parte de la población nacional decidió darle un drástico giro político al volante.
Y el rumbo gubernamental colombiano tendrá ahora un nuevo horizonte.
Por ejemplo, el próximo alcalde de la capital arrasó con el 49% de los votos, mientras Gustavo Bolívar, el candidato de Petro y se hundió a un tercer puesto, con apenas el 19%.
El Nuevo Liberalismo toma el lugar que una vez asesinaron, con el atentado de Luis Carlos Galán, quien con certeza pasaría a la historia, si lo hubieran dejado, como el presidente más votado. Y en esta oportunidad la representatividad de su partido también será grande en el Concejo de Bogotá, similar a partidos con antigua trayectoria.
El mapa político del Concejo de Bogotá cambió de forma determinante a partir de las votaciones de ayer. La Alianza Verde, que hoy tiene la mayor bancada, perdió cuatro curules y el mayor avance lo tuvo el Nuevo Liberalismo, del alcalde electo, Carlos Fernando Galán, que logró conquistar ocho plazas.
Con el 99,96 % de los votos contabilizados, la Alianza Verde fue el partido más votado, con el 15.01 % y 419.821 votos. En segundo lugar se ubicó la lista del Nuevo Liberalismo con el 14,34 % y 401.131 votos. Esto implica entonces que ambas colectividades tendrán ocho escaños en el cabildo que se posesionarán el 1° de enero de 2024.
Una jornada en la cual se decidió quiénes son los 32 gobernantes, 418 diputados (asambleas departamentales), 1.102 alcaldes, 12.072 concejales y 6.513 ediles (juntas administradoras locales, JAL).
La elección de alcaldes para los próximos cuatro años en las principales capitales demuestran también esa voz del pueblo: en Bogotá, Carlos Fernando Galán; en Medellín, Federico Gutiérrez; en Barranquilla, Alejandro Char y en Cali, Alejandro Eder.
Y es que hasta la isla San Andrés tomó otro giro. En las presidenciales Gustavo Petro ganó en la Isla, hoy el Centro Democrático puso el nuevo gobernador.
Colombia despierta con un nuevo mapa político nacional que cambia radicalmente para 2024, por varias razones, la primera es que el poder político uninominal en gobernaciones y alcaldías le da un poder de negociación diferente a los representantes a la Cámara y, sin duda le resta poder de negociación al Gobierno Nacional.
Por supuesto, eso políticamente le complica el camino al presidente Gustavo Petro, quien tendrá que entenderse con los nuevos líderes regionales de corrientes políticas opuestas.
Son muchos los aspectos que conllevan a éste resultado: la inseguridad que generó la mal llamada “paz total”, que se ve como una entrega del país a la delincuencia, al narcotráfico, a los diversos grupos al margen de la ley. Y mientras el Gobierno purgó la defensa legítima que establece la Constitución. Como quien dice: poco a poco le amarró las manos a la Policía Nacional y al Ejército de Colombia. La izquierda decidió desacreditar la institución, claro en las entidades hay manzanas podridas, pero no por eso, el reemplazo pueden ser por las “guardias indígenas o campesinas”, pues bastante duda dejan por su ideología e intereses; datos los ataques y secuestros a militares y policías que no pueden defenderse por los “acuerdos de paz”, petristas. Y con ello el país, con memoria, sintió que se regresó a unos 30 años, en materia de seguridad y tranquilidad nacional. Regresaron las pescas milagrosas, el control regional de las guerrillas, los desplazamientos, las masacres. Y, con autoridad del gobierno, a través de la Agencia Nacional de Tierras, han perpetrado invasiones ilegales o expropiaciones, por parte de quienes creen que Colombia les tiene una “deuda histórica”.
La propiedad privada en Colombia cuesta lograrla, como cuesta salir adelante como empresario, pero la izquierda le demostró al país que para ellos, es tomar o acabar con lo ajeno para “vivir sabroso”, a expensas de lo construido. El país vio y sintió cómo atacaron a los gremios: cafetero, de caña, al arrocero, los palmeros, etc. Acabaron con muchos cultivos. Vimos cómo se fueron contra los ganaderos, los han robado y también dañado sus propiedades. Esos son los gremios que sustentan la estabilidad económica del país a nivel regional y si a lo largo de los años se han organizado y logrado una posición, eso es producto del esfuerzo y el aguante de muchas crisis en el país.
Por otro lado, el incremento en los combustibles, y con ello la subida en los precios en la canasta familiar, le tocó el bolsillo directo al pueblo colombiano. Sin contar, con el desempleo que ya ha generado, la política de no exploración y explotación de hidrocarburos, el sector que sostiene la economía nacional. Además de la decisión de llevar a la ruina poco a poco a Ecopetrol, con lo cual se verá mayor desempleo.
Además, la Reforma Tributaria estableció mayores y nuevos impuestos, mientras tanto se evidencia el despilfarro, tanto por parte de la Presidencia, como de la Vicepresidenta Francia Márquez. Este es el gobierno del tour, se escucha en la opinión de la gente.
Unido a eso el Gobierno Petro, como lo planteó la saliente ministra Carolina Corcho, para imponer la Reforma a la Salud, está llevando al colapso, a la crisis ése sector. Encontraron un sistema estable, que atendía desde una gripa, hasta un trasplante de órgano, un cáncer, SIDA, enfermedad huérfana, etc., y sin afectar el bolsillo de los colombianos. Un sistema preventivo, que mejoró la vida de los colombianos y brindó cobertura nacional, sin discriminar, clases sociales. El usuario era atendido en el hospital o clínica que el tratamiento lo requiriera.
Hoy, con Gustavo Petro, ya ni medicamentos hay para el tratamiento de enfermedades complejas, tampoco crónicas. Hay que decirlo, como Estado, la izquierda no le ha cumplido a las EPS, quienes tienen, a través de las IPS, que ponerle la cara al usuario para prestar el servicio de salud. Eso afectó al sistema de salud. Antes el usuario tenía hasta un avión ambulancia, protección para el acompañante, y demás, si el caso médico del paciente, de lejanas tierras lo requería. Sin embargo, la izquierda decidió “hacerle conejo” a la salud y culpar a otros de su falta de compromiso con la vida de los colombianos.
Y ni hablar de los escándalos, de la corrupción, el nepotismo y hasta el despilfarro al nombrar personas sin la formación o la capacidad para manejar las riendas, en las carteras ministeriales.
Son interminables los motivos que llevaron al país a enviarle un mensaje claro y contundente a Gustavo Petro y a la izquierda, más allá de las calles, donde ya se había expresado el pueblo. El país quiere: orden, autoridad, seguridad, pues es lo que lleva al progreso; eso es libertad.
Por eso, esta vez, el grito fue en las urnas.