Al maestro Fernando Botero se le recordará por su carácter, pero con una enorme tranquilidad, esa serenidad que llega, que se transmite a los demás. Siempre fue generoso en sus entrevistas. Conocerlo era inspiración. Entrevistarlo fue un aprendizaje. Sus palabras un viaje por su arte.
Sus respuestas eran muy naturales y contundentes. Siempre lo vi como un ser con un aporte único a la cultura, para mí ¡incomparable!
Y en ese sentido, fue un honor investigar, hace varias décadas, para producir un perfil base de una entrevista que le haría Margarita Vidal, otra gran maestra, pero del periodismo colombiano de quien le aprendí el rigor periodístico y muchas otras cualidades.
Exclusivo para Prensa Llanera, con el respeto por el gran maestro y los suyos. Compartiré algunos de los apuntes que conservo de mi trasegar por este oficio, sobre grandes temas nacionales e internacionales, entre ellos algunas frases del maestro Botero.
El legado, en frases, del gran maestro Botero.
“Cuando comienzas una pintura es algo que está fuera de ti. Al terminarla, parece que te hubieras instalado dentro de ella”.
Maestro Botero, ¿de dónde cree que sale la obra suya?
“El arte es espiritual, un respiro inmaterial de las dificultades de la vida”.
“Comienzo a trabajar como un poeta. Coloco los colores y realizo la composición sobre la tela como un pintor. Termino mi trabajo como un escultor, complaciéndome en acariciar las formas”.
¿En qué piensa cuando inicia una obra, qué lo inspira?
“Mi manera de pensar se refleja en mi trabajo, que tiene gran respeto por la tradición. A la vez, es una expresión moderna y contemporánea de la pintura”.
Usted es lo que podríamos decir un hombre sin rumbo, sin un único hogar, lo construye donde quiere, pues viaja mucho. Entonces ¿se puede decir que plasma lo que ve, o lo que llega a su mente de repente?
“Los viajes no influyeron en mi obra, ese es mi sistema de vida: me da placer cambiar de ciudad. Tengo estudios en varias partes y una ciudad no me da nada. Uno lleva por dentro lo que quiere decir: lo tengo y sé mi camino, no voy en busca de inspiración, momentos o iluminación especiales cuando cambio de un lugar a otro”.
Me llama la atención que en una reciente entrevista habló de lo que no le gusta pintar y el sentir para hacerlo ¿Qué no le gusta pintar?
“No pinto manzanas. Las frutas auténticas del Trópico son las naranjas y las bananas. Las manzanas son para los snobs. Se debe ser real, mostrar lo que se siente”.
“Si quiero pintar una naranja, no la pongo frente a mí. Prefiero comérmela y después la pinto”.
Una frase que le gustaba, aunque no es suya: “No hay disfraz que pueda largo tiempo ocultar el amor donde lo hay, ni fingirlo donde no lo hay”.
En aquella época estaba enamorada, y pensé, es verdad hasta el estómago siente mariposas, aunque no amarillas, cuando vemos a ese ser que se ama.
Siguiendo sus frases…
Recuerdo que me impactó que para el gran Botero, el amor lo era todo, tan digno que no se puede fingir. Su familia y el significado de patria, estaban enmarcados en ese sentimiento.
Sentía dolor de patria, como muchos colombianos. Y es que ver el país, desde afuera, es diferente.
“Colombia es un país que mira hacia adentro”, dijo alguna vez.
“A veces hago varias versiones de una obra, sólo para aprender” Conversaciones con Wibke von Bonin, 1990
“Lo que me interesa no son los seres, sino la manera en que sus volúmenes se inscriben en el espacio. Veo la vida en volúmenes”. Cit. por Marie-Claude Pauwels, Fernando Botero, un artiste colossal, 1991
“En los peores momentos de mi vida, la pintura me ha salvado. Si permanezco un día sin trabajar, la vida me parece incompleta y opaca” Cit. por Gilbert Lascault, Botero, 1992
Su obra hasta como resiliencia. Una inspiración en medio del dolor.
Hace poco, tuve que entrevistar a una mujer, víctima del conflicto armado en Colombia, quien fue violada por muchos hombres, leyendo su perfil supe que se sentía menospreciada, se odiaba.
Me encontré con ella en la “Ciudad Bonita” de Colombia, le puse cita en un parque donde hay sólo obra de Botero, recorrí el lugar con ella. Y le recordé una frase del gran Botero, sabías que este maestro se llama Botero, me dijo: no. ¿Qué piensas cuando ves esta obra? La mujer me dijo: que ve la vida de otra forma. Le respondí: como tú la verás ahora: Sin miedo y en paz interior, y de eso hablaremos… Pudieron tocar y violentar tu cuerpo, pero no tu alma. Y le cité esta frase del maestro: “Quiero pintar como si siempre estuviera pintando frutas”. Comprendes. Me dijo: sí.
“Ahora entiendo.. que nada valioso es externo. Lo valioso está dentro”, me respondió aquella mujer: “siento que este artista nos enseña eso”.
Y al despedirme de aquella maravillosa mujer le dije: cada vez que miremos juntas, y en diferentes ciudades, estas esculturas, quiero que pienses en lo valiosa que eres, para Dios. Él te creó, y esa esencia nadie te la daña.
Al investigar sobre Botero entendí que veía el mundo diferente. Creo que en su imaginario todo era redondo, y sin fin. Es mi humilde explicación, para entender lo enorme y redondo de sus esculturas.
En el periodismo, aprendemos a tocar almas, a llegar a espíritus, sólo de esa forma se consigue la verdad y fue un honor intentar conocer un poco, solo un poco, del Gran Maestro Botero. Y hasta fue una inspiración en medio del dolor, para resignificar la vida de aquella mujer.
En Medellín, se declaran 7 días de luto en Medellín por la muerte del maestro Fernando Botero. También se rendirá un homenaje principal en la Plaza Botero y en diferentes lugares de la ciudad.
No son pocos los honores que merece porque el mundo del arte está de luto internacionalmente.
¡Fernando Botero y su obra perdurarán, por siempre!