Por Lola Portela
Con la llegada del octavo mes del año 2023, los colombianos se preparan para un nuevo incremento en el precio de la gasolina en el país. A partir del primero de agosto, se espera un aumento de $600 por galón, lo que dejaría el combustible en un valor promedio de $13.564.
En el caso de Bogotá, la gasolina corriente quedaría con un precio aproximado de $13.973, mientras que Villavicencio sigue siendo la ciudad con el combustible más caro del país, traspasando la barrera de los $14.000.
Como lo ha repetido en varias ocasiones el Gobierno nacional, el galón de gasolina corriente seguirá subiendo su valor hasta solventar el déficit al Fondo de Estabilización de Combustibles que dejó en 2022, un hueco por $37 billones.
La noticia no le sienta nada bien a los conductores, que desde ya prevén un nuevo golpe al bolsillo. Además de tener que enfrentar la inseguridad en las carreteras, donde se juegan su vida y perder la carga que transportan, por el ataque de diferentes grupos, al margen de la ley, tanto colombianos como extranjeros.
Los transportadores también ven con pesimismo la opción de que el precio de combustible vuelva a bajar en el país, contrario a lo que ha mencionado el presidente de la República, Gustavo Petro.
“Una vez alcancemos el precio internacional, con un pequeño excedente para pagar la deuda generada, dejaremos flotar los precios de la gasolina con los internacionales, que parecen ir a la baja durante el fin de año y siguientes meses”, declaró en su momento el presidente de Colombia.
Y es que desde que se anunció el primer incremento en $200 sobre el valor del combustible, el Gobierno nacional ha dicho que el propósito es nivelarse con el precio de referencia a nivel internacional. Y la medida, ya le ha generado un incremento cercano a los $4.000 a los colombianos, en menos de un año.
Este sería el tercer mes consecutivo en el que el precio del galón aumenta $600, y preocupa a los ciudadanos no saber hasta cuándo seguirá subiendo, ya que en oportunidades anteriores, desde el Ministerio de Hacienda se informó que los valores se ajustarían con los internacionales hasta comienzos de 2024.
“Se proyecta que los diferenciales de precios se cierren a comienzos de 2024 para la gasolina corriente, y a comienzos de 2025 para el ACPM. Y según explican, de esa manera el Gobierno lograría que la presión de gasto asociada al Fepc desaparezca en el transcurso del cuatrienio”, informó la cartera en la actualización del Plan Financiero de 2023.
Es decir, en los cuatro meses que restan del año 2023, sin contar el aumento de agosto, estaría pendiente por aplicar un incremento de $2.400, ubicando la gasolina a finales de 2023 en un valor superior a los $16.000.
La estrategia del Gobierno nacional es redistribuir los recursos recaudados, con los que se planea aumentar en el Presupuesto Nacional, la inversión social en educación, salud, vías terciarias o transición energética.
Precio del combustible previsto para agosto
Bogotá: $13.973, Medellín: $13.906, Cali: $13.997, Barranquilla: $13.694, Cartagena: $13.603, Montería: $13.853, Bucaramanga: $13.734, Villavicencio: $14.073, Pereira: $13.940, Manizales: $13.957,Ibagué: $13.908,Pasto: $11.916,Cúcuta: 12.025
El valor del galón de gasolina ha hecho que los ciudadanos dejen de usar su vehículo particular. Se ha disminuido la venta de vehículos nuevos. Y aunque aumentó la oferta de vehículos usados, la gente tampoco se anima a esa inversión.
Para el ciudadano común, los costos son exagerados, si se les compara con la movilidad deficiente que presentan las principales vías de ciudades del país. De hecho, alegan que parte del combustible lo deben utilizar en trancones y en tráfico lento, que exige un mayor consumo.
El gremio de taxistas tampoco está contento con este aumento, por lo que han anunciado un nuevo paro para el 9 de agosto, luego de que no lograran un acuerdo para implementar una tarifa preferencial para los amarillos, además de no solucionar la problemática del servicio de transporte irregular.
Según el gremio transportador no se ha tenido en cuenta el incremento del valor de las carreras, con relación al aumento del combustible, lo que deja pérdidas millonarias y una carga laboral más extensa para que los taxistas puedan mantener sus cuentas.
Con el aumento en el combustible se viene también el aumento en los productos de la canasta familiar, pues el valor del transporte es parte del precio final al consumidor.