Por Lola Portela
Si “vivir la paz” significa sumar muertos todos los días, creo que el concepto está equivocado.
No se vive la paz cuando quienes secuestran, hacen atentados, asesinan, extorsionan, roban, boletean, amedrantan y hasta sacan corriendo a los ciudadanos de su terruño, están sueltos y, a los que capturan, se les “vence los términos” para no ser condenados y dejarlos en libertad.
Un país donde no hay realmente justicia para quienes violan la ley, no puede hablar de “vivir la paz”, como habla Gustavo Petro, presidente de Colombia.
El estupro que dice: “prometer para meter y después de haber metido no cumplir lo prometido”, con el respeto de los abogados, se parece a quienes usan a la prostituta y después no le pagan. Y es lo que vemos en el sistema colmado de corruptos, como el colombiano. Por supuesto, esto no es de ahora, es de siempre.
Y fue ese, precisamente, uno de los graves motivos de protesta, de rabia, de impotencia de la mayoría de los colombianos.
Gustavo Petro y sus asesores, hoy hablan de GOLPE DE ESTADO, luego de la muy representativa concentración de veteranos militares y policías del pasado 10 de mayo, en la Plaza de Bolívar y en otras ciudades del país, que respaldaron la protesta.
Cabe recordar que la historia nos muestra que cuando han dado Golpe de Estado, es sorpresivo, repentino, nunca se entera nadie. Es la toma y destitución del gobierno y los poderes de un Estado.
Lo que, desde Colombia, el mundo vio el 10 de mayo, lejos estuvo de un Golpe de Estado. Ese acto tenía cinco premisas democráticas, fue un encuentro pacífico y muy simbólico; una manera de expresar que los militares sienten su país y siguen con ese pueblo, por el cual la mayoría de ellos, lo ha dado todo.
El Golpe de Estado también se distingue de los conceptos de revuelta, motín, rebelión, revolución o guerra civil. Usualmente estos términos se utilizan con poca propiedad o con intenciones propagandísticas, pero en el transcurso de los hechos y procesos históricos, se suelen combinar entre sí. Y eso no fue lo que el mundo vio, a través de redes.
El primer mandatario señaló que se le critica por su forma de gobernar, porque según él, no se basa en corrupción, y de esa forma se refirió a un “golpe de Estado”. “La causa es la democracia, no pensar que, porque alguien ganó con la voluntad del pueblo y es diferente, entonces hay que, – que palabra tan triste – defenéstralo, darle golpe de Estado, como si nosotros fuéramos pendejos, fuéramos bobos”, dijo al respecto el presidente.
Defenestrar, es sinónimo de echar, arrojar, lanzar. Sin duda, muchos colombianos desearían que existiera un mecanismo, legal para hacerlo.
Y no precisamente porque se esté gobernando ¡sin corrupción! ¿Acaso no es corrupto quien nombra personas sin conocimientos del gremio que debe dirigir?, ¿acaso no es corrupto quien acepta el cargo sin saber qué y cómo mejorar su sector? ¿No es corrupto quien daña la economía de un país, o mejor con sus teorías de odios, de siempre, les quita a unos, para darles a otros, simplemente porque hay que acabar con el capitalismo?
¿No son corruptos quienes someten a todo un país al “decrecimiento”, después de una pandemia? ¿Acaso no es corrupto quien viaja a costillas de los impuestos de una nación, pero de regreso no trae nada de aportes para el país? ¿No es corrupta la vicepresidenta de un país, quien le dice a toda una nación “DE MALAS”, mientras se gasta lo que le parece a ella justo, en desplazamientos, por el sólo ‘capricho’ de vivir lejos, y no ocupar la casa asignada para los gobernantes del cargo que ella desempeña?
¿Cómo se les llamaría a los beneficios que le dio, en Colombia, Gustavo Petro a Xavier Vendrell?, un militante del grupo terrorista español Terra Lliure (en español: Tierra Libre) una organización terrorista de ideología independentista catalana y socialista.
Ni qué decir de la pésima forma de gobernar o “disparar”, a través de twitter; mediante trinos, en los que señala, descalifica y hasta trata censurar a la prensa o callar a quienes no están de acuerdo con su forma de manejar las problemáticas del país.
Ese silencio y falta de acción le hace parecer al país que aplaude los secuestros, pues le llaman ¡retenciones!
Y es que no se ve una sola acción para poner libertad y orden en territorios como Cauca, Los Santanderes, Vichada, Arauca, Meta, Tolima, Nariño, Caquetá, entre otros. No le ha dado respuesta a los alcaldes y gobernadores para contribuir a resolver la extremada situación de orden público que vive país. Desde esos departamentos, desde esos territorios, sin Dios ni ley, sí le pueden dar un golpe de estado a Colombia.
Eduardo Zapateiro le envió un duro mensaje a Gustavo Petro, en el cual le decía “No pretenda intimidarme, silenciarme y ponerme a mí y a mi familia en riesgo” El excomandante del Ejército Nacional respondió así el trino del mandatario que lo invitaba a “vivir la paz”.
¿Cuál es esa paz?