Lola Portela:
Según explicó el Presidente Gustavo Petro, su propuesta pensional quiere modificar la ley 100 y fortalecer con las cotizaciones a Colpensiones: “Que la pensión sea una realidad cotidiana para quien cumple la edad, que sea un derecho”.
Leído de esa manera, pues todos estamos de acuerdo. Derecho a pensionarnos que tenemos todos y cada uno de los trabajadores de Colombia, quienes pagamos (ahorramos) ese derecho durante los 39 años de trabajo, en el caso de las mujeres, y 44 los hombres, si se inicia la vida laboral a los 18 años, como muchos colombianos.
Sin embargo, desde la campaña electoral, Gustavo Petro ya ofrecía subsidios para muchos sectores, entre ellos los adultos mayores. Por eso recién se posesionó, se refirió en su cuenta de Twitter, sobre la forma como se lograría ese propósito: “las mesadas de adultos mayores hoy sin pensión se pagan del presupuesto nacional, que adquirirá una capacidad de hasta 18 billones anuales para este objetivo porque los cotizantes de fondos privados entrarán a Colpensiones hasta un porcentaje de su aporte”.
Cabe anotar que la Reforma Pensional de Petro pretende que TODOS, obligados, nos pasemos a Colpensiones, para que el Gobierno disponga de los recursos. Y aunque en su discurso de entrega de la Reforma dijo que: “se había satanizado el Seguro Social y demás instituciones antes de la Ley 100”, lo cierto es que el dinero de las pensiones, en aquella época, era del BOTÍN, por no decir la caja menor, de quienes lo manejaron.
Hoy en día, por cada día, que demoran en pensionarnos, los Fondos nos pagan el retroactivo respectivo. No así, sucede con quienes se pensionan con entidades como Colfondos, dineros que maneja el Estado, y que son eternos para su pago.
En la práctica lo que Gustavo Petro propone es tomar parte de los recursos que actualmente van a los fondos de pensiones privados para llevarlos a Colpensiones, y así financiar los tales bonos sociales que en campaña prometió: a los indígenas, las mujeres, los abuelos y hasta a los gestores de paz; así, estos últimos, sean delincuentes.
Por esa razón, desde la propuesta de campaña por parte de Petro, Asofondos, organización que agrupa a los fondos privados de pensiones, aseguró que esto en la práctica significa que cada mes se tomen, de los aportes de los afiliados a estos fondos, recursos por 1,5 billones de pesos.
El presidente Petro, en el Congreso de la República, al entregar el documento oficial, dijo que esta reforma va a girar en torno al llamado sistema de pilares, lo cual, en sus palabras, “liberaría al Estado colombiano, que ha asumido el pago de los pensionados del sector privado”.
Nada más descabellado, pues no conozco un trabajador privado o independiente que no tenga que pagar pensión, salud y ARL para que la entidad privada le pague sus cuentas. Claro, no falta, por dárselas de “el vivo” quien falsifica sus planillas, miente o “negocia” en cuanto a lo que gana, cuando al final el perjudicado es el mismo trabajador, no la empresa.
La nueva Reforma Pensional de Colombia busca darle un revolcón a lo existente, y modificar el sistema de jubilaciones en el país, porque según Gustavo Petro, en Colombia nadie se pensiona.
El articulado cuenta con 89 propuestas dentro de las cuales se encuentran importantes cambios en cuanto a regímenes, subsidios y cotizaciones de los ciudadanos.
“Hoy se le presenta al Congreso de la República el sistema de protección social para la vejez, donde vamos a hacer una modificación al sistema pensional (…) pasamos de un sistema de reparto a uno de pilares”, dijo la ministra de Trabajo, Gloría Inés Ramírez.
Vale mencionar que hasta el momento de los 89 artículos que tiene la reforma pensional solo 86 fueron concertados. Dentro de los tres que no tuvieron aprobación de todas las partes se encuentra que las centrales obreras solicitaron aumentar el umbral de cotizaciones. Es decir, que no sean hasta los 3 salarios mínimos, sino que incremente a 4, quienes. Es decir, con la reforma pensional de Petro, cambiará la forma como cotizan. Así, Colpensiones recibirá los aportes hasta tres salarios mínimos y las AFP los que excedan ese valor. El segundo punto es que en el caso del régimen de transición se baje de 1.000 semanas a 750 semanas. Y el tercer punto por el que las centrales obreras no estuvieron de acuerdo, es que no se deberán gravar más las pensiones para el fondo de solidaridad.
¿Qué propuestas trae la reforma pensional de Gustavo Petro?
Lo primero que trae la reforma pensional de Petro es un programa de pilares, que en total suman cuatro.
El primero es el solidario con el que se busca entregar una renta de $ 223.000 mensuales para cerca de 2,5 millones de adultos mayores de 65 años que no se lograron pensionarse. Suma que en la actualidad el estado asume, por la responsabilidad social que le corresponde, pero que para Petro la deben asumir quienes si trabajan.
El segundo es el pilar semicontributivo que daría una renta vitalicia a las personas que no pudieron pensionarse, pero que tienen semanas cotizadas en Colpensiones o ahorros en su AFP. Esto aplica para las personas que tienen semanas cotizadas, pero que no se alcanzaron a jubilar y que tengan entre 150 y hasta 999 semanas cotizadas. En la actualidad se entrega un bono pensional. Lo cual, me parece justo, pues es parte de llevar una vida ordenada, y pensada en el futuro de la vejez.
Es decir, se dividiría a las personas según lo que reciben mensualmente y, con base en esto, se les aplicarán beneficios o nuevas condiciones pensionales. De esta forma, el primer pilar solidario se aplicará a todos los mayores de 65 años en situación vulnerable, es decir, hasta el nivel C3 del Sisbén.
El tercer pilar es el contributivo, con el que se busca que Colpensiones reciba los aportes de las personas que ganen hasta tres (3) salarios mínimos de todas las personas afiliadas al sistema, mientras que quienes tienen mayores ingresos aportarían hasta ese tope a Colpensiones y lo demás a fondos privados: “La reforma pensional va a ser la administradora de los recursos pensionales de 1 a 3 salarios mínimos todos los colombianos y colombianas en un régimen de transición de dos años tendrán que pasar a Colpensiones, quienes quieran tener una mejora en su pensión lo harán en los fondos privados o cuando cumplan la edad le darán todos los recursos a Colpensiones para mejorar su pensión”, dijo Jaime Dussán, presidente de Colpensiones.
En ese orden de ideas, si una persona recibe $2,5 millones, o menos, todos sus ahorros irán al fondo público, ya que está por debajo de tres salarios mínimos, ( y el gobierno maneja a su antojo esa platica y apoya los bonos y subsidios del régimen de gobierno) pero si los ingresos son de $5 millones, sus aportes irán para ambos lados: el equivalente a $3,48 millones para Colpensiones (para apoyar los bonos y subsidios del gobierno) y el de los $1,52 millones restantes para fondos privados.
El cuarto pilar es el del ahorro voluntario, que sería para todas las personas que tengan capacidad de pago y puedan entregar más recursos a sus pensiones.
Y que, según Gustavo Petro, en los Fondos no hay ahorro, nada más lejos de la realidad, pues la mayoría de quienes estamos en un Fondo tenemos rentabilidad por esos aportes mensuales, que los vemos reflejados al pensionarnos y mes a mes, posteriormente. También según Petro el Gobierno equilibra 12 billones, pero no es claro al precisar que se refiere a las pensiones de los Funcionarios Públicos. Dinero que no tiene, tampoco por qué asumir la otra parte laboral del país.
Cabe resaltar que, según el Ministerio de Hacienda, el costo fiscal que tendría la reforma pensional está entre $ 4 billones y $ 5 billones.
Un estado con proyección de desarrollo: invierte, produce, apoya el desarrollo, estimula al empresario independiente, ahorra en el gasto presupuestal y público. Sin embargo, es claro que esta reforma pensional sólo pretende que los colombianos paguemos los bonos que en campaña el presidente prometió. Desde entonces pensó en nuestro dinero. Sin duda, disponer y pretender gastar lo ajeno no duele, por eso desde que asumieron al poder los escándalos de despilfarro han sido permanentes.
Justicia social no es regalar, no es llenar a la sociedad de subsidios. La verdadera justicia social se basa en la igualdad de oportunidades y en los derechos humanos, más allá del concepto tradicional de justicia legal. Está basada en la equidad y es imprescindible para que cada persona pueda desarrollar su máximo potencial y para que veamos una sociedad en paz.
Nada más delicado, para la libertad democrática, que depender de políticas públicas populistas, esas que todo lo subsidian o regalan, pues al final, se construye una sociedad floja y lista para obedecer, y perpetuar en el cargo a quienes lo pusieron a “vivir sabroso”, pero a cambio de perder su voz y su voto, pues siempre viene el chantaje: si no haces… no te doy.
“Yo apostaría por la vieja y por el viejo porque es una forma de construir paz en Colombia”, dijo Gustavo Petro, al terminar su intervención en el Congreso.
Sin embargo, es importante recordar que “los viejos y las viejas”, como les dice a los adultos mayores Gustavo Petro, son responsabilidad de cada familia y del gobierno en cuanto a sus derechos. No pueden ser carga de los pensionados, pues entre ellos, también hay viejos que, por más de 4 décadas, se jodieron por sacar adelante su familia y su país. Y es que el mandatario de turno, cada inquilino de la Casa de Nariño, está en la obligación de propender y mantener el bienestar y la seguridad de todos los ciudadanos, pero no a costillas de otros. Tampoco armando el desmadre al que nos lleva cada reforma que propone el Gobierno.
Cambiar, no es destruir, lo que otros construyeron durante años, porque no les gusta, o no se acomoda a la esclavitud o dependencia del subsidio.