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¿La Paz en Colombia es mero cuento?

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El 31 de diciembre, al filo de la medianoche, cuando todos los colombianos, contaban segundos para dejar atrás el 2022, Gustavo Petro anunció un “acuerdo de cese al fuego con cinco organizaciones armadas”. Cómo quien dice: ¡FELIZ AÑO 2023!

Dijo Petro, que el tal Acuerdo sería por seis meses y prorrogables según avanzaran las negociaciones, con el ELN, la Segunda Marquetalia, el Estado Mayor Central (ambas disidencias de las FARC), las AGC o Clan del Golfo, además de las

Autodefensas de la Sierra Nevada, quienes según el anuncio de Petro, suspenderían acciones.

Sin embargo, bien dice el dicho: “cría fama y échate a la cama”. Y es que, con tantas verdades a medias (mentiras), incongruencias, inconsistencias ya muy pocos, realmente le creen al gobierno de Gustavo Petro.

Por eso, no sorprendió tanto que  públicamente, el ELN desmintiera  el hecho de que hubiese acordado un cese bilateral del fuego con el Gobierno de Petro.

El ELN (Ejército de Liberación Nacional), expresó: “La Delegación de Diálogos del ELN no ha discutido con el Gobierno de Gustavo Petro ninguna propuesta de Cese el Fuego Bilateral, por tanto aún no existe ningún acuerdo en esa materia”, dice el comunicado del Comando Central de ese grupo guerrillero de Colombia, el cual se conoció el martes 3 de enero, en la mañana.

Entonces, como para “apagar el incendio”,  convocaron a una reunión extraordinaria con Mininterior, Alto Comisionado para la Paz y Mindefensa.

Luego y, frente a la “metida de pata”, del gobierno Petro, en rueda de prensa, los delegados y representantes del gobierno, sin Petro, anunciaron que se derogarán los decretos para cese al fuego bilateral con el ELN, y las disidencias. Y además pidieron “una tregua verificable”, para avanzar en el proceso de paz total.

En verdad, no se entiende si ésta fue una treta más,  “un acto audaz”, como lo calificó, en sus redes, Gustavo Petro. Tal vez, audaz porque fue sin consultarlo con todos los grupos en mención.

Un cese bilateral de fuego jamás puede ser una imposición. Es producto de muchas discusiones, y de poner en la mesa de negociación “el gana, gana”, que a ambas partes les conviene o interesa, aunque al final siempre habrá uno que debe otorgar más. Bien se sabe que un cese al fuego, no es por mera buena voluntad. ¡Son negocios!

Pretender “obligar” a dar el sí, a unas organizaciones de grupos armados, que además no tienen todos carácter político, y donde varias viven de economías ilegales como el narcotráfico, y además pretender que las Fuerzas Armadas se queden quietas, en un país que se enfrenta a un desmadre, en cuanto a violencia e inseguridad, es como mandar a un batallón a caminar sobre hielo recién congelado. 

Por eso, lo que hoy se preguntan muchos ciudadanos de los territorios en conflicto, los desplazados y amenazados, las víctimas, en esas regiones del país donde operan los tales grupos es: ¿a qué juega este presidente? pues los puso de carne de cañón, argumentando que sus acciones son a petición de la población.

Queda claro también que el ELN, en pleno, no está de acuerdo con desmovilizarse.

Gobierno Petro, no le mientan al país y al mundo. De ese “acuerdo” final si lo llegará a ver, seguramente surgirán las disidencias ELN, estilo FARC.

Y es que para Colombia “La Paz de Santos”, fue un fracaso. Esas  negociaciones que terminaron en el acuerdo de paz entre las FARC y el Gobierno de Juan Manuel Santos en 2016, solo desmovilizaron a unos pocos, que deseaban ser indultados y otros aspiraban llegar al poder, sin ir a las urnas.

Y eso no es éxito, para un país que sigue derramando sangre, por territorialidad, por poder local  de distribución y rutas de narcotráfico.

Otra pregunta que se hacen los expertos analistas es ¿qué  les está prometiendo Gustavo Petro a los grupos armados, para que en tan poco tiempo le dijeran ¡aceptamos! el cese al fuego. Y, hasta queda la duda: ¿realmente está dialogando con ellos?

¿Acaso, también es ésta una estrategia de distracción, por parte del gobierno Petro, porque de viene, otro gol, con la reforma a la salud y al sistema de pensiones existente?, ¿qué otra verdad a medias (mentira) se descubrirá?

¿Debemos entender que Colombia vivirá en “un estado de tregua”, pero con el enemigo en modo combate?. ¿Esa es La Paz Total de Petro?

La guerra, el conflicto armado en Colombia está muy delimitado. Se identifican unos 11 territorios donde está la mayor confrontación armada, la violencia y los enclaves de drogas ilegales.

Y es esa población civil la que sufre las consecuencias de la  violencia, no las ONG internacionales, tampoco la iglesia. Son las víctimas quienes deben dar cuenta, con el correr del tiempo, de si esto del cese al fuego es sólo un “pásela por inocente” con el que inició el 2023.

Y es que si antes había interrogantes, ahora hay serias dudas e inquietudes, frente a la tal paz total.

Será un alivio para la población civil que vive en medio del conflicto, cuando los protocolos se hagan públicos, pero lo más importante es que los grupos al margen de la ley ratifiquen públicamente esos “Acuerdos”.

De lo contrario: a otro perro con, ese falso, hueso. O falsa paz.