Por Lola Pórtela
La “marcha por la democracia” de México, como la llamaron los organizadores, hizo que miles de mexicanos salieran a la calle a protestar contra la Reforma Electoral propuesta por el presidente de ese país, Andrés Manuel López Obrador electoral. Con certeza nadie esperaba ese resultado multitudinario de marchantes.
Y que es un efecto contrario a los resultados de las encuestas, según lo registraron algunos medios internacionales y mexicanos, que dijeron: “La mayoría de los mexicanos está a favor de la reforma electoral propuesta por el presidente…” Otros afirmaron que: “dos de cada tres ciudadanos dicen estar de acuerdo o muy de acuerdo con la propuesta del Ejecutivo, de acuerdo con una encuesta de Enkoll para EL PAÍS y W Radio presentó”.
La tal encuesta expuso que era una iniciativa con un amplio respaldo. Sin embargo, la protesta mostró otra realidad. Es inminente el rechazo, por parte del pueblo a la Reforma electoral del presidente mexicano. Y en las peticiones de los manifestantes fue clara la exigencia para que no siga adelante.
De esta manera, miles de personas este domingo 13 de noviembre, cantaron a todo pulmón el himno de México frente al Monumento a la Revolución, punto de encuentro para dar fin a la marcha, contra esa reforma electoral, presentada por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
Y también, en esa icónica y bella plaza de la Ciudad de México, el ex presidente del Instituto Federal Electoral (IFE, ahora Instituto Nacional Electoral), José Woldenberg, se unió a los manifestantes, y expuso consignas como: “No a la destrucción del INE”.
La protesta no fue sólo en la ciudad capital. También se registraron manifestaciones en 16 lugares más de México: Nuevo León, Morelos, Veracruz, Guerrero, Durango, Hidalgo, Yucatán, Nayarit, Tamaulipas, Aguascalientes, Campeche, Sonora, Zacatecas, Michoacán, Tabasco, Querétaro y Guanajuato. Y, en todas ellas, se contó con la participación de cientos de personas, con el mismo sentir: impedir la intervención del Gobierno en el sistema electoral de México.
La propuesta de la Reforma Electoral supone la reestructura radical del sistema político mexicano actual, que se fue conformando a lo largo de décadas en México. Los cambios constitucionales que propone el gobierno de izquierda, modificarían el sistema de partidos, y tendería al bipartidismo. Para elegir a los representantes en las Cámaras del Congreso se dejaría a un lado el voto directo y se introduciría un esquema de listas cerradas. Además, las competencias de las instituciones encargadas de organizar los comicios e impartir justicia electoral, serían establecidas según esa nueva reforma.
Es claro que con esa Reforma Electoral que propone el gobierno de izquierda, acabaría con la democracia de los mexicanos.