Por : Diego García Alfonso
A propósito de la Reforma Tributaria, su retiro por parte del gobierno y el nuevo proyecto que se buscará construir fruto del consenso.
La protesta ciudadana en las calles que presionó al gobierno nacional el retiro de su proyecto de reforma tributaria que debía tramitarse ante el Congreso, demostró una vez más el poder que tiene la ciudadanía, y evidenció el desacierto por parte del gobierno al presentarla de la manera que lo hizo, por ser esta inconveniente en la actual coyuntura que vive el país, al resultar particularmente nociva para las clases menos favorecidas y además un fuerte golpe a la clase media cada vez más cercana a la pobreza.
En el nuevo escenario, es importante recoger el verdadero sentir de la expresión ciudadana y la situación real de los millones de colombianos en este momento de la vida nacional, quizás uno de los más difíciles en generaciones, y consensuar diferentes alternativas para cubrir el hueco fiscal, pero especialmente dejando a salvo la carga tributaria de los colombianos excluidos que reclaman equidad.
En ese sentido y desde mi punto de vista, se debe construir un acuerdo tributario estructural, un consenso nacional sobre lo fundamental que este del lado de la gente y que disminuya la desigualdad. Un acuerdo que permita al gobierno nacional recaudar los más de 9 billones de pesos que están exentos en diferentes sectores y grandes capitales, para lo cual resulta importante establecer unas reglas de juego claras con inversionistas nacionales y extranjeros para lograr disminuir la tasa de desempleo que hoy esta sobre el 16% aproximadamente, aumentar también el presupuesto del sistema general de participaciones que solamente es del 12% (este financia la salud y la educación), y crear un plan agresivo de recaudo a los evasores de impuestos de donde se podrían obtener importantes recursos. Ahora bien, si el problema es el déficit del año 2022, se puede pensar en crear una sobretasa al sector financiero para gravar las utilidades de los bancos, que en este momento son altísimas.
Reitero, la solución no está en colocar impuestos a la clase media y baja de nuestro país, sino consensuar salidas que permitan abordar el déficit en las finanzas.
En este momento, urge convocar a las fuerzas políticas del país, para intentar un acuerdo razonable, que sea comprensivo y compasivo con quienes lo han perdido todo o casi todo, y buscar alternativas de salida acordes a la situación que vivimos en este momento los colombianos. Es importante que este se dé sin ideología, sin populismo, sin egos y sin cálculos electorales.
