En un estudio realizado recientemente por la Cámara de Comercio de Casanare, se esboza de manera sucinta la situación actual de Yopal, referente sobre todo al impacto que ha tenido la pandemia en los diferentes sectores de la sociedad, especialmente el empresarial que, entre otros se ha visto bastante afectado y ha generado un efecto domino con impacto en todos los actores de la sociedad local, al igual que un sinnúmero de disyuntivas planteadas alrededor de temas, hoy tan sensibles como por ejemplo, cuál debería ser el centro de referencia en la toma de decisión de los mandatarios: salvar vidas o proteger el capital… En lo personal, considero necesario mantener un equilibrio en donde por supuesto prime la vida, pero en donde también se generen herramientas para una reactivación económica gradual, pero sobre todo responsable.
De igual manera, menciona algunas lecciones que nos ha dejado esta situación en materia general, con especial atención en materia institucional, que considero son relevantes para el desarrollo y la trasformación del departamento y Yopal, y en donde sin lugar a duda, tenemos una deuda enorme y debemos buscar los mecanismos para avanzar, claro si queremos seguir en la senda de competitividad, y de economías emergentes y sociedades resilientes que hoy se plantean a nivel nacional.
La primera de ellas se refiere a la información, más precisamente a la falta de ésta, y que hoy en día se hace tan importante al momento de tomar una buena decisión en materia de inversión o de política pública. Desafortunadamente, como lo dice el estudio ningún actor público o privado se ha apropiado de la labor de recopilar y presentar de manera permanente la información que se considera clave, ciertamente, si bien se hacen reportes al DANE y éste toma información directa para completar algunas series estadísticas, su presentación por lo general es tardía, se globaliza y no la estructuran al nivel de detalle requerido en el ámbito local. En dicha labor considero importante el rol que pueden llegar a desempeñar las universidades al ser el centro de conocimiento y de formación de capital humano que tenemos en el departamento.
En segunda medida, da referencia al amplio rezago tecnológico en materia de TICs en el sector empresarial, las instituciones públicas y los establecimientos educativos, factores que sin lugar a duda generan preocupación, sobre todo, al momento de pensar el efecto que tendrá la pandemia en adelante y los posibles escenarios a los que nos vamos a tener que enfrentar y en los que deberíamos por supuesto trabajar para estar preparados.
Tercero, los problemas del sistema de transporte público local, y en los que se debe empezar a actuar y articular esfuerzos con el objetivo de poder brindar un servicio de calidad, claro, sin ir en detrimento de los prestadores del servicio y generando un acompañamiento en el mejoramiento del sistema.
Por último, pareciera que las empresas del Estado, especialmente las de servicios públicos domiciliarios, no respondieran en situaciones de crisis a su verdadero nombre de empresa, previendo el mandato constitucional de facilitar el acceso a los servicios públicos en términos de calidad y buen precio, y continúan siendo simples instrumentos de ejecución presupuestal trasladando su ineficiencia a los usuarios, claro, con contextos y dificultades particulares que en principio se entienden, pero en las que también, de forma articulada se debe trabajar.
Es así como se vislumbran cuatro retos que considero son de gran relevancia para Yopal y el departamento en general, son factores que inciden directamente en su competitividad y en los que como lo mencione en líneas anteriores, se debe trabajar de manera articulada, con los sectores y actores propios para cada uno de estos, a través de la generación de hojas de ruta claras que nos permitan avanzar en materia. No podemos ser ajenos al respecto, si bien existe una deuda, hoy también existe la oportunidad de hacerlo una fortaleza.