Los días 30 y 31 de mayo se harán las entregas a las comunidades del Meta y, a partir del 1 de junio, las del departamento del Guaviare.
Son 493 kits de habitación donados por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, los cuales están compuestos de una serie de elementos para adecuación de las viviendas y para la prevención de enfermedades respiratorias o endémicas, y serán entregados tanto por el PNUD como por la Territorial Meta y Llanos de la Unidad, en cuatro resguardos de los municipios de Mapiripán y Puerto Concordia en el Meta y ocho en El Retorno, y San José del Guaviare.
La subdirección de atención y prevención de emergencias y de la dirección de asuntos Étnicos de la Unidad, hizo una proyección de kits por cada núcleo familiar.
Desde el 30 de mayo se entregarán 454 de los 493 totales, ya que dos comunidades de Puerto Concordia aún no deciden hacer su autoaislamiento, razón por la cual, los 39 kits restantes quedarán en almacenamiento.
Para mejorar las condiciones del aislamiento de las comunidades indígenas jiw y nükak, es posible el trabajo articulado de la Unidad para las Víctimas y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Para mitigar la contingencia presentada por la pandemia de COVID-19, los pueblos indígenas jiw asentados en el departamento del Meta y Guaviare y los nükak en el Guaviare, que se autodenominan seminómadas y nómadas, y que decidieron aislarse dentro de sus territorios, de manera temporal, con el fin de resguardar su supervivencia física y cultural, recibirán kits de habitabilidad por parte de la Unidad para las Víctimas, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Esta entrega se cumple como complemento del apoyo mensual que la entidad les brinda a estas comunidades en emergencia especial grave, en cuanto a ayuda humanitaria en especie (alimentos), desde el 2009, cuando la Corte Constitucional expidió un auto en seguimiento a la Sentencia T-025 de 2005, en la que se declara el Estado de Cosas Inconstitucional y se especifica el tipo de afectaciones y atención diferencial que se debe brindar a la población indígena jiw y nükak en situación de desplazamiento.
Adicionalmente, a partir de la visita administrativa realizada por la Procuraduría el pasado mes de marzo, se han generado acciones de articulación para el refuerzo del acompañamiento institucional a estos pueblos indígenas.
De acuerdo con Luz Patricia Correa Madrigal, directora de Asuntos Étnicos de la Unidad, “la entrega de estos kits responde a la misión estratégica de la Dirección de Asuntos Étnicos para acompañar a los sujetos en emergencia especial grave, para atenderlos de manera oportuna, en el marco de sus usos y costumbres, con la mayor protección”.
La entidad logró la vinculación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, para dotarlos de elementos de autoprotección que garanticen las condiciones de habitabilidad en el marco de los componentes de la subsistencia mínima durante el aislamiento. La puesta en marcha de esta articulación entre la Unidad para las Víctimas y el PNUD, nace de la solicitud manifestada por las comunidades a las entidades territoriales.
Para Jairo Matallana, oficial del Programa de Justicia y Seguridad, “el PNUD reconoce que los pueblos indígenas están en un riesgo mayor por la contingencia de la pandemia y es prioritario tomar medidas inmediatas para garantizar los derechos fundamentales y la protección de estas comunidades, que además son víctimas del conflicto y que han sido priorizados en el marco del proyecto de Reparaciones Colectivas y Retornos y Reubicaciones, en territorios PDET”.