Solo un 36% de los jóvenes se mostró dispuesto a participar en política, de acuerdo con el estudio ¿Qué piensan, sienten y quieren los jóvenes?, liderado por la Universidad del Rosario que busca identificar los puntos esenciales de inconformidad de las personas entre los 18 y 32 años.
Al ser cuestionados los participantes del estudio (2.513 jóvenes en 10 ciudades del país) sobre qué están dispuestos a hacer para mejorar su situación y la del país, el 81% señaló que denunciar, el 78% asociarse en defensa de los animales, el 77% hacer trabajos de voluntariado, el 65% hacer donaciones a personas u organizaciones y el 55% a protestar.
Por debajo del 40% se encuentran participar en política (36 %), asociarse en organizaciones políticas (32%), aportar más a pensiones (30%) y pagar más impuestos (13%).
De acuerdo con el rector de la Universidad del Rosario, Alejandro Cheyne, este bajo porcentaje sobre la participación en política se debe a que muchos jóvenes la asocian con la “politiquería”.
“Una constante que vimos en las 10 ciudades es que los jóvenes no quieren participar en política porque desafortunadamente, por la politiquería tradicional, no creen en esos espacios, no les generan confianza. Pero sí están dispuestos a participar denunciando y también a través de voluntariado”, afirmó.
Politiquería
“Lo que debemos hacer definitivamente es un proceso de redimensionamiento del verdadero significado de la política, porque desafortunadamente, en la mente de los jóvenes, está es la dimensión de la politiquería que es lo acaba con su voluntad de participar”, agregó.
En relación con el aún más bajo porcentaje (13%) de jóvenes que se muestra dispuesto a pagar más impuestos, señaló que se debe a la desconfianza en las instituciones públicas.
“Lo que está sucediendo es una desconfianza total respecto al Estado. De hecho ellos están dispuestos a generar desembolsos, pero con una condición que esos desembolsos no sean vía impuestos porque creen que el principal problema es la corrupción”, sostuvo Cheyne.
Al ser cuestionados sobre su confianza en las instituciones, los encuestados pusieron en primer lugar a las universidades públicas así como privadas y luego, a las fundaciones y ONG, siendo las únicas que superan el 50% de aprobación. En los últimos lugares aparecen la Presidencia y el Congreso de la Republica.
El 73% expresó confianza en las universidades públicas, el 62 % en las privadas, el 55% en las fundaciones y ONG, el 47% en las Fuerzas Militares, el 40% en la Iglesia católica, el 36% en las alcaldías, el 34% en las iglesias no católicas, el 33% en los sindicatos, el 29% en la Policía Nacional, el 23% en la Gobernación departamental y el 21% en el Concejo municipal. Por debajo del 20% están los jueces de la República (19%), la Presidencia de la República (13 %) y el Congreso (12 %).
Desconfianza
De acuerdo con Cheyne, “en el caso de la confianza nos va tomar seguramente muchos años. Eso es algo que debemos construir entre los diferentes actores. En esto, las universidades, que tenemos el primer lugar en confianza, tenemos un papel protagónico y es generar espacios de diálogo y encuentro”.
“Hace ya varios meses los jóvenes están intentando transmitir un conjunto de mensajes a la sociedad colombiana, pero lo hacen con su lenguaje, con su manera muy particular de observar la realidad (…) en este momento, el desafío de Colombia es el pedagógico en donde realmente nos podemos conectar con los jóvenes, comprender qué es lo que piensan y lo que sienten”, dijo.
Otro de los datos del estudio alude a la participación en manifestaciones. César Caballero, director de Cifras y Conceptos, señaló que el “40% de los 4 millones de personas que representa la encuesta han manifestado su desacuerdo con la actual Administración y la situación del país. No estamos hablando de un grupo restringido o una minoría de jóvenes, sino de una porción significativa que siente la necesidad de expresar su desacuerdo con la forma como el país está siendo manejado”.
Los jóvenes participantes del estudio fueron encuestados del 8 al 19 de enero en las ciudades de Barranquilla, Bogotá, Cali, Cúcuta, Medellín, Pasto, Riohacha, San Andrés, Tumaco y Yopal.
Fuente: El Nuevo Siglo