La exaltación del momento político lleva a la utilización de discursos que se alejan de la realidad.
Los candidatos pierden la perspectiva de las limitaciones del cargo al que aspiran en el caso de los ediles y concejales.
En la malla de Asamblea casi se sienten gobernadores y en éstos se nota la desconexión con los problemas del país y la región.
Para la muestra el botón que significa la ley RAP, Región Administrativa y de Planificación. (Ley 1962, 28 julio 2019), discurso que en otros candidatos en diferentes departamentos está claro. “Yo sé qué es eso, pero a la gente no le interesa. Dijo uno de ellos para mi estupefacción. He asistido a muchos actos en los cuales perversamente se les dice a los resignados asistentes propuestas que desconocen la situación real, apelan a la queja de lo realizado por sus antecesores en el caso de asumir el cargo.
El consabido “nada está bien hasta cuando yo asuma”, es un pobre argumento. Las estadísticas, los indicadores, son desconocidos para ellos en su afán electoral. El discurso es tan pobre que sigue imperando la “palabra mágica religiosa” para consolar y conseguir el voto. Las caravanas de sillas, y su fanfarria farandulera se toma los rincones de una ciudad como Yopal en noches que se iluminan en patios untados de alguna empanadas con agua, en bolsas eso sí. Se habla en plural, como deben ser los quejidos de una sociedad que cambalachea un voto por una oportunidad económica, los temas ideológicos o de ética política son del pasado, por esto “ellos” nos llevaran a la guerra, DIGO.
