“Veremos” fue la reiterada respuesta más reciente que dijo Donald Trump ante la pregunta de los periodistas de si tenía previsto dentro de las opciones para salir del gobierno de Nicolás Maduro desarrollar una intervención militar. No obstante, el mandatario norteamericano indicó que sobre la situación de qué hacer con Venezuela tienen un plan a, b, c, d, f…
Cuba ha denunciado movimientos de tropas norteamericanas en islas del caribe como Puerto Rico y República Dominicana. “Lo que está ocurriendo es un gran movimiento global” y que “obstruir la ayuda humanitaria es un delito de lesa humanidad” dijo el Presidente Duque. Jorge Arriaza Canciller de Venezuela a su vez expresó que, “defenderán su soberanía y que la respuesta será proporcional a la violación que de ella hagan fuerzas extranjeras”.
Para el 23 de febrero las organizaciones que están encargadas de manejar las ayudas humanitarias junto con el pueblo venezolano que está interesado en estos beneficios, han planteado que como sea van a llevar dichas ayudas a Venezuela para lo cual deberán enfrentarse a las barricadas que el gobierno de Nicolás Maduro ha colocado en el puente de Tienditas en la frontera colombo venezolana, sitio donde se ha acopiado medicina, alimento y todo lo que se ha dispuesto por parte de diversos países que se han sumado a esta causa.
A pesar de la invitación que Nicolás Maduro le hizo al papa Francisco para mediar en el conflicto, éste reconoce que ningún dialogo es posible si falta una de las partes, en este caso la oposición ha cerrado esta opción argumentando que hacerlo sería darle un respiro al régimen, y lo que ellos quieren es salir de Maduro ya. Además, se filtró una comunicación del papado en la que el Papa se refiere a Nicolás Maduro con el título de Señor y no de Presidente lo cual causó revuelo porque indirectamente pareciera que el Vaticano marcó distancia con el mandatario venezolano.
Lo cierto es que la primera potencia mundial EEUU ha promovido una escalada de asfixia económica que ha convertido a Venezuela es un país inviable tanto para la población como para el mismo gobierno “usurpador”, epíteto con el que se trata desde las fuerzas de la oposición lideradas por el Diputado Juan Guaidó quien hoy funge como Presidente interino de Venezuela, cargo que por norma constitucional y avalado por la Asamblea Nacional debió asumir mientras se realizan elecciones presidenciales.
El 23 de febrero es una fecha clave para definir el futuro de Venezuela porque es la fecha que a la luz de las Leyes venezolanas se deben convocar elecciones; si esto no ocurre constitucionalmente se daría el caso de “vacío de poder” y le daría a Maduro Moros herramientas o argumentos para asentarse en su gobierno. Sin embargo, las tensiones giran en torno a darle a la patria de Bolívar una salida bélica cuyo principal aliado de los norteamericanos sería el gobierno colombiano de Iván Duque. Esto traería como consecuencia una andanada de ataques terroristas en el territorio neogranadino, porque sin lugar a dudas a través de estas maniobras de guerra el régimen venezolano obligaría al gobierno colombiano a desistir de permitir a las fuerzas extranjeras que originaran ataques a Venezuela desde su territorio.
La situación se torna compleja por cuanto Venezuela cuenta con un alto poderío militar y unas fuerzas armadas que hasta hora en su inmensa mayoría han sido leales a la revolución bolivariana y bajo la tutela de Cuba, Rusia, China y grupos armados al margen de la ley como son el ELN, las ExFARC, el Hezbolá, entre otras, darían batalla en un diferendo que dejarían muchas víctimas de lado a lado, especialmente en los territorios fronterizos.
La gran damnificada en este escenario de polarización política, es la población venezolana que, en los últimos cuatro años ha tenido que enfrentar la situación de desabastecimiento, hambre, enfermedades, inseguridad e hiperinflación que ha forzado a más de 3 millones de habitantes a emigrar a otros países llevando consigo la tragedia de lo que eso significa.
Lo cierto es que el chavismo y sus más de seis millones de militantes activos que siempre han acompañado las propuestas de la Revolución Bolivariana bajo la tutela de Nicolás Maduro y de Diosdado Cabello han propuesto frontalmente que no van a dar su brazo a torcer ante el pedido de la oposición y la comunidad internacional interesada en que haya un cambio de gobierno.
En este marco de acontecimientos, ésta tensa situación se puede dilatar en el tiempo y Maduro tendría la oportunidad de mantenerse en el poder por mucho tiempo más hasta que sea el mismo pueblo hambriento el que decida tomar partido y promover por diversas vías un cambio de gobierno, contexto difícil de concebir también, porque culturalmente la población venezolana en su inmensa mayoría son gentes que terminan acomodándose a las circunstancias y arreglando las cosas “a la venezolana” como ellos mismo dicen.
La guerra no sería entre venezolanos contra norteamericanos, sino entre venezolanos contra colombianos, la pregunta sería: ¿Qué va a pasar con los más de seis millones de colombianos que viven en Venezuela quienes recibirán por antonomasia un trato no decoroso por ser vistos como enemigos?
Por: Reinaldo Sierra Hernandez